Artículo actualizado en: 2023-12-03T13:16:54Z

Linz

Estamos de escapada de fin de semana en Linz, tercera ciudad con más población de Austria (cerca de 211.500) por detrás de Viena y Graz. Es una ciudad perfecta para visitar en un par de días, dedicándole un día a ver el casco antiguo y otro día para lugares un poco más alejados o hacer alguna excursión.

Linz es, en realidad, una ciudad industrial, cuya empresa más importante es voestalpine AG, empresa de metales y tecnología muy conocida en Austria. No obstante, también es atravesado por el famoso río Danubio, tiene con una zona céntrica muy agradable y una serie de edificios modernos desde el punto de vista arquitectónico.

    ¿Qué es la Linz Card?

    Linz cuenta con una amplia gama de museos y actividades para todos los gustos, por lo que, dependiendo de las que queráis visitar, puede merecer la pena haceros con la Linz Card, la tarjeta turística de la ciudad que te da acceso gratuito a los principales museos, así como a otros menos conocidos: Ars Electronica Center, Schlossmuseum Linz, Francisco Carolinum, OÖ Kulturquartier, Nordico City Museum Linz, Lentos Art Museum Linz, voestalpine Stahlwelt.

    También permite el uso de buses y tranvías de la ciudad, exceptuando el Pöstlingbergbahn que es un tranvía especial para subir a una colina y del que hablaremos más adelante. Solamente si tienes la tarjeta de 2 ó 3 días el viaje de ida y vuelta en el Pöstlingbergbahn está incluido.

    Hay varias modalidades de tarjeta, en función de los días. En su página web podéis ver más detalles y los precios.

    ¿Cómo llegar a Linz?

    Linz es una ciudad accesible en tanto en tren como en autobús. Desde Salzburgo y desde Viena se puede llegar en tren en tan solo una hora y cuarto aproximadamente. Los horarios y los tickets los podéis ver y comprar en la página web oficial de trenes de Austria.

    La opción más barata pero más lenta es el uso de trenes regionales. Para ello podéis comprar el Einfach-Raus-Ticket, el cual es válido para tomar tantos trenes regionales en Austria como quieras durante un día, por lo tanto merece la pena especialmente si vais a ir y volver en el día.

    Si vais en autobús, la compañía con más frecuencia de viajes es Flixbus.

    ¿Qué ver en Linz?

    Comenzaremos el recorrido desde la estación central, Linz Hauptbahnhof. De camino al centro lo primero que veremos será el Parque Volksgarten, lugar de encuentro para muchos locales y sitio habitual para algunos eventos organizados por la ciudad. En uno de los extremos encontramos el primer edificio que llama la atención arquitectónicamente tal y como mencionábamos al principio del artículo. Se trata del Landestheater Linz – Musiktheater, obra del arquitecto inglés Terry Pawson, inaugurado en 2013 y, desde entonces, convertido en el principal teatro de la ciudad. En él se interpretan tanto obras de teatro como óperas. Tres de los lados de la fachada cuentan con una estructura de líneas que crea la sensación de que una gran cortina cubre todo el edificio.

    Continuamos hasta entrar en la calle Landstraße, que nace justo en una de las esquinas del Musiktheater con el Volksgarten. Landstraße es la calle comercial principal de la ciudad, donde se encuentra todo el ambiente en el día a día. Por el camino veremos, restaurantes, cafeterías y, sobre todo, multitud de tiendas, tanto pequeñas, locales como las grandes marcas.

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    Calle Landstrasse

    La calle desemboca en la Hauptplatz, literalmente “Plaza Principal”. Sus 219 metros de largo por 60 de ancho la convierten en una de las plazas más grandes de Austria. Se estableció en el 1230 y, desde entonces, dada su cercanía al río Danubio, funcionó como plaza de mercado, donde comerciantes locales y extranjeros venían a vender sus productos a la gente de la región. Por eso, al principio, la plaza se llamó Am Markt, y luego pasó por diferentes nombres, incluido Adolf-Hitler-Platz durante la anexión de Austria al Tercer Reich (1938-1945), hasta llamarse Hauptplatz.

    La Hauptplatz está presidida por la Columna de la Santísima Trinidad (Dreifaltigkeitssäule), antiguamente llamada columna de la peste. Se erigió en 1723 para honrar a todos los fallecidos por dicha enfermedad. Alcanza los 20 metros de altura y está considerada como el icono número uno de la ciudad. También veréis las típicas letras gigantes con el nombre de la ciudad, con el sello particular que es la I en horizontal en vez de en vertical.

    Curiosamente, la plaza es peatonal excepto porque es atravesada por los raíles de los tranvías, que cruzan prácticamente toda la ciudad de extremo a extremo.

    Tomad un momento para ver todos los edificios que la rodean, pues hay varios edificios con fachadas clásicas que, además están protegidos. Los más simbólicos que ver en la plaza son el antiguo ayuntamiento (Altes Rathaus), la casa Schmidtberger-Haus y la casa Kirchmayr-Haus.

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    Hauptplatz y Columna de la Santísima Trinidad

    En uno de los extremos de la plaza sobresalen, en segunda fila, las torres de la Antigua Catedral (Alter Dom - Ignatiuskirche), también conocida como Catedral de San Ignacio. La catedral se construyó en 1678 y fue la principal de la ciudad hasta que hicieron la Nueva Catedral. En su interior se aprecia inmediatamente el estilo barroco, donde destaca el mármol rosa utilizado en su construcción y el órgano de Brückner, que es el órgano que se construyó exclusivamente para que el organista austriaco Anton Brückner actuara aquí de 1856 hasta 1868 y aún se conserva en la actualidad.

    La mejor vista de la catedral se obtiene desde la Hauptplatz, ya que está tan pegada al resto de edificios que la rodean que es imposible hacerle una foto donde solo salga ella.

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    Antigua Catedral detrás de los edificios de la Hauptplatz

    Ahora vamos al otro extremo de la Hauptplatz, y subimos por la calle Hofgasse hasta llegar a una coqueta plaza llamada Hofberg donde se alza la Fuente de las luces (Lichtbrunnen o Brunnen des Artans). Esta fuente de 9 metros de altura no es una fuente al uso, sino que desprende luz en vez de agua, aunque hemos de esperar a que caiga la noche para verla iluminarse. Sí es cierto que cuando se instaló sustituyó a una fuente de agua. La energía empleada para iluminarla procede de la luz solar captada durante todo el día por los paneles solares con los que está construida. Aunque a muchos no les gusta, pues no pega mucho con los edificios antiguos que la rodean, se creó con el objetivo de revitalizar esta plaza, una de las principales plazas de mercado durante toda la historia de la ciudad.

    Seguimos subiendo hasta llegar al Castillo de Linz, si bien hoy en día no queda mucho de la estructura original. No está muy claro cuándo fue construido, probablemente a principios de la Edad Media o antes, lo que se sabe que antes hubo aquí un fuerte romano y se aprovechó el emplazamiento para o bien reconstruir el fuerte en castillo o bien utilizar la estructura original. Aquí residieron varios duques y emperadores de Austria y del Sacro Imperio Romano Gérmanico y, además de residencia real, sirvió para muchos otros menesteres: como hospital, como cuartel militar, como cárcel, etc. En 1800, desgraciadamente, sufrió un incendio que destruyó dos alas del castillo, tal y como se puede apreciar hoy en día.

    En la década de 1950 el castillo se remodeló por completo para albergar el Museo del Castillo de Linz (Schlossmuseum Linz), dándole el aspecto moderno que vemos hoy en día. El museo trata sobre la historia, cultura y tradiciones de la Alta Austria, región en la que se encuentra Linz. Hay salas de armas, de numismática, de belenes, de la moda de la época, recreaciones de habitaciones con mobiliario de época, incluso una sección sobre la Linzer Torte, la tarta más famosa de la ciudad.

    Saliendo del museo, a mano izquierda hay una maqueta de la antigua ciudad con el castillo, así como unas vistas fabulosas de Linz. Aquí tenéis los precios y horarios.

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    Castillo y Museo de Linz

    Vamos a ir bajando en dirección al centro, pero por otro camino al que traíamos, y vamos a dirigirnos a la Casa de Mozart (Mozarthaus), una casa de estilo renacentista de finales del siglo XVI. Llamarle casa de Mozart nos parece un poco exagerado, pues realmente nunca vivió aquí, simplemente vino varias veces de visita porque se encontraba a medio camino entre Salzburgo, su ciudad natal, y Viena, capital del país y lugar donde residió varios años. La más larga de sus estancias fue durante tres semanas en 1783, en esta misma casa, cuando hizo parada en la ciudad y se le pidió que diera un concierto en el teatro de la ciudad. Como no se trajo ninguna partitura, Mozart decidió espontáneamente componer una sinfonía, la recibió el nombre de Sinfonía de Linz (Linzer Sinfonie, N°36, KV 425). Una obra que Mozart escribió como el que no quiere la cosa, es hoy en día una de las más interpretadas del mundo.

    La casa, por cierto, no se puede visitar por dentro. Solo se puede ver la fachada y el patio interior. También, en uno de los soportales del patio, hay un panel con una breve información sobre la estancia de Mozart aquí en 1783 y un botón que reproduce la sinfonía n°36 que acabamos de mencionar.

    Frente a la casa se erige el Antiguo Ayuntamiento, también conocido como Linzer Landhaus. El edificio, también renacentista, data de finales del siglo XVI, si bien se amoldó a la estructura del antiguo convento franciscano que había anteriormente, por eso hay una torre que pertenecía a la iglesia que había en dicho convento. Interesante es, también, el patio interior con bellos balcones y arcos. Aquí, en 1938, Adolf Hitler informó en persona a la población local la adhesión de Austria al Tercer Reich. Actualmente sirve como sede del gobierno de la región de la Alta Austria (Oberösterreich). El interior del edificio no se puede ver, pero sí podéis atravesarlo de puerta a puerta y ver el patio cerrado.

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    Patio interior de la Linzer Landhaus

    Por el casco antiguo no hay que pasar por alto la Nueva Catedral (Mariä-Empfängnis-Dom o Linzer Mariendom), construida en 1924 en estilo neogótico. Casi que fue lo que más nos sorprendió y gustó, pues se trata de un edificio enorme, de hecho, es la más grande de toda Austria, con una superficie de 5.851 metros cuadrados y capacidad para 20.000 personas. Sin embargo, no es la más alta, pues su altura es exactamente 134,69 metros, por los 136 metros de la Catedral de Viena (Stephansdom)

    En su interior destacan las vidrieras, siendo una de ellas un poco más conocida, la llamada Ventana de Linz (Linzer Domfenster) que muestra la historia de la ciudad a través de diversas imágenes. Entre las personalidades se encuentran varios emperadores (Maximiliano I de Habsburgo, Fernando I del Sacro Imperio Romano Germánico, Ana de Hungría y Bohemia), el astrónomo Johannes Kepler que vivió en Linz de 1613 a 1626, Anton Bruckner (el organista que mencionamos anteriormente) y Ludwig van Beethoven, que visitó varias veces la ciudad y cuyo hermano llevó la farmacia Wasser-Apotheke en la Hauptplatz de 1808 a 1818. Esta vidriera se encuentra en la parte del fondo, en el lado opuesto al coro, y a la izquierda. La entrada a la iglesia es gratuita.

    Nos dirigimos ahora a la zona del río. A orillas del Danubio encontramos varios museos que merecen la pena visitar, mínimo por fuera, y por dentro según los gustos de cada uno. El primero que veremos es el Lentos Art Museum, un museo de arte moderno y contemporáneo que cuenta con obras de los tres artistas austriacos de más renombre: Egon Schiele, Oskar Kokoschka y Gustav Klimt. Como mencionamos, el edificio por fuera es también una obra de arte, destaca por su fachada de vidrio transparente que por la noche se ilumina. Sus arquitectos son los suizos Weber Hofer Partner y se inauguró en 2003 como sustituto de la Nueva Galería de la Ciudad de Linz. Con la Linz Card se entra gratuitamente, de lo contrario podéis ver los horarios y los precios en su página web.

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    Vistas nocturnas del Danubio y el Lentos Art Museum iluminado en rojo

    Al lado del museo se alza otro majestuoso edificio. Se trata de la Brucknerhaus Linz, una sala de conciertos cuyo nombre proviene del compositor y organista austriaco Anton Bruckner, del que hablamos anteriormente. Es obra de los arquitectos finlandeses Heikki y Kaija Sirén y se inauguró en 1974. La pena es que no se puede visitar por dentro de normal, hay que hacerlo comprando una entrada para alguno de sus conciertos, una buena idea si tenéis tiempo y os cuadran los horarios. Si no, hay que conformarse con verlo por fuera.

    Al otro lado del Danubio vamos a ver dos edificios más. El primero es el Ars Electronica Center, un museo dedicado a los fans de la tecnología, electrónica y robótica. Se inauguró en 1996 y, desde entonces, ha sido uno de los iconos de la ciudad, gracias, sobre todo, a que se ilumina de múltiples colores por la noche, dejando una estampa preciosa junto con el Danubio y el puente, vistos desde la otra orilla. Podéis ver los horarios y precios en su página web.

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    Vistas nocturnas del Danubio y el Ars Electrónica Center iluminado

    En esta orilla también vamos a acercarnos brevemente a ver, por fuera, el Nuevo Ayuntamiento (Neues Rathaus / Magistrat Linz), el cual data de 1985. Su estructura no es la típica de un ayuntamiento, de hecho, podría parecer cualquier cosa excepto un ayuntamiento, ya que podría entrar en la categoría de arquitectura brutalista, característica por consistir en grandes bloques generalmente de hormigón armado. Da para opiniones de todo tipo, los hay que dicen que es de los edificios más feos y los hay a los que les gusta.

    ¿Dónde comer en Linz?

    Antes de hablar de restaurantes hay que hablar de repostería, y es que hay un dulce mundialmente famoso originario de aquí: la Linzer Torte. Está compuesta, principalmente de almendra, nueces y relleno de mermelada. Uno de los locales más famoso que la sirven es la Konditorei Jindrak, hay tres en la ciudad, pero el mejor para sentarse tranquilamente es el que está en Herrenstraße 22. Ahí no solo podréis probar la Linzer Torte sino otras tartas o dulces austriacos como el Apfelstrudel.

    Otra cosa característica de Austria, en general, y de Linz, en particular, es el café Verlängerter, básicamente compuesto por café mezclado con agua caliente. Lo veréis en todas las cafeterías.

    Pasamos a los restaurantes:
    • Gelbes Krokodil – Un clásico de la ciudad, tienen de todo un poco, y también es un habitual para tomar cócteles los findes por la noche, aunque cierra pronto y los domingos no abre a ninguna hora.
    • Leberkas-Pepi – Local mítico en Linz, sirven únicamente Leberkäse, que es una especie de choped muy popular de Austria y Baviera. Aquí los tienen de muchos sabores, nosotros lo pedimos de queso y otro de espinacas y ajo. También tienen otros sabores más modernos como el de pizza. De beber tienen cerveza Puntigammer, procedente de la zona de Graz. El sitio es muy barato y suele haber bastante gente aunque si sois pocos igual podéis encontrar hueco, o pedirlo para llevar.
    • Deli Linz + Friends – un sitio curioso especializado en patatas fritas con otras cosas como hamburguesas, tacos, etc. El local es agradable, sea para comer o tomar algo.

    Más alternativas

    Hasta aquí hemos visto lo básico, pero los que tengáis más de un día podéis completar la visita con las siguientes actividades:

    →Pöstlingberg – se trata de una colina de 539 metros de altura, ubicada a continuación del río Danubio por lo que se ve fácilmente desde muchos sitios de la ciudad y, de igual manera, desde lo alto de ella se divisa la ciudad perfectamente. La reconoceréis por la basílica que se encuentra en su cima, la Pöstlingbergkirche Wallfahrtsbasilika, de estilo barroco. Para subir, la ciudad nos lo pone cómodo: tomar un pequeño tranvía llamado Pöstlingbergbahn, el cual tarda unos 20 minutos por trayecto desde la Hauptplatz. El precio es de 3,80€ por trayecto, circula cada media hora, desde las 6 de la mañana hasta las 22:30 de la noche, los domingos desde las 7:30. Con la Linz Card de 2 ó 3 días, el viaje de ida y vuelta está incluido.

    A las afueras de la ciudad, junto al puerto, encontramos la Mural Harbour Gallery, una galería de arte en los contenedores, almacenes y grúas del puerto compuesta por más de 200 grafitis. Se puede ver más o menos gratis desde algunas calles, como la Regensburger Str, o hacer una visita guiada contratada desde su página web. Para llegar hasta aquí hay que tomar el transporte público, la línea 27 concretamente, y el trayecto dura unos 15-20 minutos.

    Visitas a otros pueblos. Si vais a estar explorando la zona, podéis visitar ciudades austriacas famosas como Salzburgo, Hallstatt y Viena, o pueblecitos cercanos más desconocidos como Steyr o Gmunden.
     
    →Mercadillos de navidad. Si vais en época navideña, tendréis la suerte de disfrutar de los famosos mercadillos de navidad, tan típicos de Centroeuropa, y poder probar dulces locales y vino caliente (Glühwein). En Linz los encontramos en la plaza principal, Hauptplatz, bajo el nombre de Christkindlmarkt am Hauptplatz, y en el parque Volksgarten, llamado Weihnachtsmarkt im Volksgarten. Tienen lugar de finales de noviembre a finales de diciembre anualmente.

    Visitar el Campo de Concentración de Mauthausen

    Aprovechando la visita a Linz, merece la pena acercarse a ver el campo de concentración de Mauthausen. El campo de concentración de Mauthausen (Konzentrationslager Mauthausen) fue el más grande de toda Austria, estando activo desde la anexión del país al Tercer Reich (1938) hasta la liberación del campo por parte del ejército estadounidense en 1945. Estaba compuesto por varios subcampos, siendo el de Gusen el más importante, al que mandaban a la gente directamente a morir. Aquí murió más gente que en Mauthausen incluido. Adquirió tanto poder que, al final, fue considerado como un campo de concentración propio, independiente del de Mauthausen.

    Mauthausen trae un triste y doloroso recuerdo para los españoles, pues aquí fue a donde trajeron a la mayoría de los prisioneros de nuestro país. Cerca de 7500 españoles fueron encerrados aquí, de los cuales casi 5000 fallecieron. En general, eran republicanos exiliados en Francia durante la dictadura de Franco, y fue en este país donde fueron capturados. Gracias a los esfuerzos por mantener la memoria histórica, se han podido identificar a todos ellos y varias de sus historias están documentadas en el museo del campo.

    La visita al campo es gratuita, únicamente hay que pagar por audioguía o por visitas guiadas, aunque también hay una aplicación gratuita que podemos descargar en el propio museo que sirve como audioguía, muy fácil de usar y útil. En su página web podéis ver los horarios, precios y visitas guiadas.

    La visita comienza por un descampado donde hay memoriales de cada país, aquí es donde uno se da cuenta de la cantidad de nacionalidades que había entre los prisioneros. Desde esta explanada se divisa la escalera de las canteras (Steinbruchstiege). El campo se estableció en este lugar por estar muy cerca de unas canteras, y los nazis utilizaban a los prisioneros a subir las rocas por estas escaleras, labor que acababa con las vidas de muchos, más a otros directamente les empujaban precipitándose al vacío, de ahí que se le pusiera el apodo de la escalera de la muerte (Todesstiege).

    A continuación, se cruza la puerta principal y se pasa al propio recinto del campo de concentración, donde se visitan un par de barracones, algunos por dentro y otros simplemente la superficie donde estaban, pues no todos se mantuvieron o rehabilitaron. Al final del camino central, a mano derecha, se encontraba la enfermería, hoy en día convertida en museo. El museo nos habla del Tercer Reich en general, de los campos de concentración y su encargado (Heinrich Himmler), de los otros subcampos de Mauthausen, del campo de concentración de Gusen, del campo de concentración de Ravensbrück (el campo de concentración de mujeres más grande de todos, al que eran enviadas muchas mujeres de Mauthausen), la categorización de los presos y sobre muchas historias de presos de todos los grupos y nacionalidades.

    Después se puede ver el edificio donde encarcelaban a la gente, el crematorio (hubo 3, solo este queda en pie), el habitáculo donde estaba la cámara de gas y termina en la llamada habitación de los nombres (room of names) donde están escritos los nombres de todas las personas deportadas a este campo.

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    Avenida principal del Campo de Concentración de Mauthausen

    El campo se encuentra en la localidad de Mauthausen, se llega en el bus 360 desde Linz, cuyo precio es de 6,20€ (se puede pagar en efectivo en el bus). El bus te deja en una parada en la carretera, y hay que caminar unos 25 minutos ligeramente cuesta arriba. Si vais en coche, tenéis parquin gratuito en el propio campo. Para buscarlo en la aplicación de mapas, poned “Mauthausen Memorial”.

    Aunque son bastante duras, a nosotros siempre nos gusta hacer este tipo de visitas, pues se aprende muchísimo, te abre la mente y te hace pensar. Si queréis, previa o posteriormente, podéis ver la película El fotógrafo de Mauthausen para adentraros más en la historia del campo.

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