Kufstein

Kufstein es un pueblo de cerca de 20.000 habitantes situado en la región del Tirol, al oeste de Austria y justo en la frontera con Alemania.

Esto hace que sea muy accesible desde ambos países. Nosotros, por ejemplo, vinimos desde Múnich en tren regional en tan solo 1h15. En este caso, recordad que el trayecto está incluido en el Bayern-Ticket, el billete regional del Land de Baviera con el cual puedes utilizar todos los transportes públicos de ese Land (aunque, en este caso, también Kufstein está incluido) durante un día. El tique se puede comprar en las máquinas de cualquier estación de metro.

Breve historia sobre Kufstein

Su situación geográfica, así como la gran fortaleza que domina el paisaje de Kufstein, hizo que la ciudad fuera objeto de continuas luchas entre Baviera y el Tirol.

Kufstein existe desde hace mucho tiempo, de hecho fue parte de los territorios romanos hasta que en 1205 pasó a manos de los bávaros. En 1342, con motivo de la boda entre Margarita de Tirol y el hijo del duque bávaro Luis de Brandeburgo, la ciudad fue regalada al Tirol, aunque no por mucho tiempo. En 1369, con la Paz de Schärding, esta fue devuelta a Baviera. Así continuó hasta 1504, cuando durante la Guerra de Sucesión de Landshut, la ciudad fue conquistada por el emperador Maximiliano I de Habsburgo y así pasó a pertenecer de nuevo al Tirol. Para ello, tuvo que traer en balsa desde Innsbruck dos de los cañones más poderosos del Imperio Austríaco: el Purlepaus y el Weckauf, nombre que seguramente oigáis en uno u otro momento durante vuestra visita. La histórica fortaleza de Kufstein fue entonces ampliada y reforzada y la ciudad gozó de gran importancia comercialmente gracias a ser paso fronterizo y al río Inn que atraviesa la ciudad.

En 1701, tras la muerte sin descendencia de Carlos II de Habsburgo, estalla la Guerra de Sucesión española en la que luchaban por el trono Felipe de Borbón, que contaba con el apoyo de Francia contra el archiduque Carlos de Austria que contaba con el apoyo del Imperio Austríaco. En este contexto, en 1703, el elector Max Emanuel de Baviera, aliado de los franceses, conquistó nuevamente para Baviera la ciudad austríaca de Kufstein, si bien tan solo un año más tarde, en 1704, tuvo que ser devuelta al Tirol tras un acuerdo de paz entre Austria y Baviera.

El último capítulo de esta eterna disputa tiene lugar en 1805, durante la Guerra de la Tercera Coalición en la que muchos países de Europa, entre ellos Austria, trataron de hacer frente a Napoleón y su aliada Baviera. El Tirol en general y Kufstein en particular fueron conquistados por Francia y Baviera prácticamente sin oponer resistencia. En 1814, Baviera cambia de bando y se une a los aliados, de tal manera que en el reparto de territorios se decide que el Tirol y, por tanto, Kufstein, pase a pertenecer a Austria de nuevo.

En el 2004, se celebró en la ciudad el 500 aniversario de formar parte del Tirol, contando desde el 1504, cuando tuvo lugar la conquista por parte del emperador (Kaiser, en alemán) Maximiliano I de Habsburgo. Después de tantas disputas, bávaros y tiroleses festejaban juntos este evento.

¿Qué ver en Kufstein?

Vamos ya con qué ver y hacer en Kufstein, una excursión perfecta de un día.

Nada más salir de la estación de trenes, hemos de cruzar el río Inn para llegar al casco antiguo. Lo cierto es que esta primera imagen, es decir, el río atravesando la ciudad junto con una hilera de casas que miran al mismo deja mucho que desear. Lo que en otras ciudades es un verdadero atractivo, por ejemplo en Tübingen, aquí es casi lo más feo de Kufstein. Las hileras de casas son cada una de su padre y de su madre y el río Inn tiene un color gris marrón que anima poco a bañarse. Lo del color del río está ya estudiado, depende de la época en que vayáis lo veréis de un color u otro. Únicamente entre abril y mayo, con el deshielo de los Alpes, el agua llega un poco más clara, pero el resto del año el agua arrastra cada vez más suciedad en forma de polvo y hojas secas sobre todo. Pero claro, con el cambio climático cada vez hay menos hielo en los Alpes y, por tanto, es menos agua la que fluye por aquí, de tal manera que este color sucio será el predominante en los próximos años.

Lo más bonito del puente es la vista del castillo en lo alto de la montaña.

Río Inn y Fortaleza de Kufstein

Una vez cruzado el río nos encontramos con la parte más bonita de la ciudad, la llamada Unterer Stadtplatz. Esta plaza es el alma de Kufstein, siempre con buen ambiente gracias sobre todo a las varias terrazas donde poder tomar algo.

Al final de la plaza encontramos el Ayuntamiento (Rathaus). El edificio es de 1923 aunque fue más bien una remodelación del edificio del antiguo ayuntamiento que ya existía en este mismo emplazamiento. Asimismo, en 2011 se fusionó con el edificio Bildsteinhaus, que es el que está justo detrás, mucho más moderno que el primero, de tal forma que los dos forman el Ayuntamiento hoy en día.

Hay que fijarse en la fachada ocre, la principal. En la parte de arriba están dibujados los escudos de armas del Tirol y, arriba del todo, un barril. Y, ¿qué hace aquí un barril?, os preguntaréis. Pues resulta que es el escudo de armas de Kufstein. El escudo de armas está formado por tres montañas y un barril de sal sobre ellas, en referencia al comercio más importante que poseía la ciudad durante su máximo esplendor, el transporte de sal a través del río Inn. El nombre de la ciudad también proviene de aquí, este tipo de barril se conocía entonces como Kufe mientras que Stiein (piedra) hace referencia a las cantidad de piedras que había por la zona.

Plaza Unterer Stadtplatz

Desde la Unterer Stadtplatz nace la calle más bonita de todo Kufstein y, de hecho una de las más bonitas que hemos visto nunca, la Romerhofgasse. Es una estrecha calle con edificios típicamente tiroleses y puentes que conectan las casas de ambos lados de la calle.

El edificio principal de esta calle es el Auracher Löchl, un histórico restaurante y hotel con más de 600 años de historia y que, con el paso del tiempo, se ha convertido en todo un icono. Los Auracher eran una familia que vivía en Kufstein en el siglo XIII dedicada a fabricar su propia cerveza . Además, construyeron un túnel (Lochl) para guardar el hielo en las profundidades y que se mantuviera en perfecto estado. En 1448 decidieron entonces montar la cervecería con el nombre Auracher Löchl. En algún momento de la historia los Auracher se extinguieron y el local fue comprado por otras familias y empresarios.

Dicho esto os animamos encarecidamente a comer en este restaurante, no solo por la historia que hay detrás de él, sino por lo bien que está decorado y, por supuesto, por su comida. Sirven comida de la región (Tirol, Baviera) a precios más o menos razonables para estar en Austria. Nosotros pedimos el Kufsteiner Käsespätzle, el Wiener Schnitzel y, de postre, Kaiserschmarrn, tres clásicos austríacos/bávaros.

Calle Romerhofgasse

Desgraciadamente, la preciosa calle Romerhofgasse en la que estábamos es considerablemente corta, y enseguida veremos que se acaba. Al final de ella se encuentra el paseo junto al río Inn llamado Innpromenade donde veremos una escultura del músico austríaco Karl Ganzer, quien en 1968 compuso la canción “Kufsteiner Lied” dedicada a Kufstein a la que apodaba “La perla del Tirol” o “la ciudad junto al verde río Inn”, aunque en este caso se ve que el río en aquella época no tenía el mismo color que ahora. En cualquier caso, la canción fue todo un éxito y trajo bastante turismo a la ciudad.

Volvemos a la Unterer Stadtplatz desde donde sale una calle junto al ayuntamiento que nos lleva a la Fortaleza de Kufstein (Festung Kufstein), la atracción número uno de la ciudad.

Lo cierto es que es un castillo bastante extenso, una vez estéis dentro del recinto veréis que es fácil perderse entre todas las partes que hay para visitar.

Tal y como hemos podido ver en el apartado de la historia de Kufstein más arriba, la fortaleza, gracias a su excelente situación geográfica, gozó de una importancia capital en todas las guerras entre austríacos y bávaros. Sin embargo, desde que firmaron la paz en 1814, el uso del castillo es principalmente el de cárcel política, sobre todo de polacos, italianos y húngaros, tal y como podéis ver la Torre del Emperador (Kaiserturm).

Además de la Torre del Emperador donde podréis ver las celdas, las otras salas más destacas del castillo son el Museo de la región (Heimatmuseum), el Pozo (Tiefer Brunnen) y el Órgano de los héroes (Heldenorgel), famoso por ser el órgano más grande al aire libre, si bien se encuentra en una cabaña para que no se deteriore. Además, todos los días a las 12:00 del medio día el organista encargado da un breve concierto. 

La visita de todo el conjunto nos llevó 1h30 aproximadamente. Los textos están en alemán y, algunos también en inglés, pero con la entrada puedes bajarte la aplicación “Festung Kufstein” que incluye una audioguía en otros idiomas como inglés e italiano, pero no castellano. Hay wifi en prácticamente todo el recinto.

En su página web tenéis los horarios y precios. La entrada incluye el funicular (Panoramabahn) que te sube desde la oficina donde se compran las entradas hasta el castillo en sí, cuyas vistas son de lo mejor.

Vistas de Kufstein desde el funicular que sube a la Fortaleza

Tras haber visitado el castillo, podemos simplemente dar una vuelta por el resto del pueblo, que ciertamente no va mucho más allá de la plaza principal. Rodead el edificio del ayuntamiento para ver la otra cara del mismo y el edificio del banco Sparkasse Kufstein, justo al lado, de los más bellos de Kufstein. Esta parte de detrás del ayuntamiento se llama Oberer Stadtplatz y podéis seguirla hasta el final para tener bonitas estampas de la ciudad junto con el imponente castillo a la derecha.

Vistas de la Fortaleza de Kufstein desde la calle Oberer Stadtplatz

Más alternativas

A los que les guste la naturaleza y las caminatas, Kufstein es un sitio ideal ya que se encuentra junto al valle Kaisertal, elegido como lugar más bonito de Austria en 2016 en un concurso nacional llamado “9 Plätze – 9 Schätze“. En el Kaisertal destacan dos cadenas montañosas, el Zahme Kaiser y el Wilde Kaiser. Se puede llegar fácilmente a él con el telesilla llamado Kaiserlift, renovado en 2014. Ojo, no es un teleférico ni un funicular, sino un telesilla individual. Se coge en la estación Kaiserlift Kufstein y en unos 20 minutos te sube hasta la estación Kaiserlift Bergstation, en lo alto de la montaña. Una vez arriba hay varias rutas que nos llevan por diversos miradores. Una sencilla, circular y típica es la siguiente: Kaiserlift Bergstation → Brentenjoch-Alm → Gamskogel → Kaindlhütte → Kaiserlift Bergstation, cuyo recorrido tiene unos 9 Km.

Los precios los tenéis en su página web. Atentos con el horario, pues la última subida (Bergfahrt) es a las 16:15 y la última bajada (Talfahrt) es a las 16:30. Solo abre en verano, del 30 de abril al 31 de octubre.

Si madrugáis mucho, podéis hacer una caminata temprano, nada más abrir el telesilla, y luego visitar Kufstein, aunque mejor hacerlo por separado con más calma.