Artículo actualizado en: 2023-08-28T20:08:24Z

Kamakura y Enoshima

Una de las excursiones más típicas desde Tokio es la de las ciudades de Kamakura y la isla de Enoshima. Hay quien solo va a Kamakura y hay quien combina ambas y emplea el día completo, ya que están bien comunicadas tanto entre ellas como con Tokio, y presentan suficientes atractivos como para pasar un día entretenido.

    Excursión de un día a Kamakura y Enoshima

    En cuanto a la logística de esta excursión, lo mejor es hacernos con un billete llamado Enoshima-Kamakura Freepass, de la compañía Odakyu Railway.

    Este billete incluye un trayecto de ida y vuelta desde Shinjuku hasta Fujisawa, que es una estación cercana a ambas ciudades, y viajes ilimitados de la línea que las une (Enoden Line) y de las líneas de Odakyu (Enoshima Line y Odakyu Line), pero no el Limited Express Romancecar. Se pueden usar todos los trenes, no hay que reservar sitio.

    Se compran en las oficinas de Odakyu Sightseeing Service Center que hay en Shinjuku. Lo bueno es que estas oficinas están justo al lado de los andenes 4 y 5 que es desde donde salen los trenes que tenemos que tomar.

    El orden da un poco igual, nosotros empezamos por Enoshima, por aprovechar y comer allí que, al ser una isla, hay buen producto del mar. La tarde se la dedicamos enteramente a Kamakura y volvimos desde allí a Tokio. Eso sí, hay que madrugar, pues algunos templos y santuarios de Kamakura cierran pronto, por lo que hemos de levantarnos temprano para estar en Enoshima lo antes posible, comer un poco más pronto de lo habitual, y dirigirnos a Kamakura no muy tarde.

    ¿Cómo llegar a Enoshima?

    La ruta más rápida incluida en el ticket anterior consiste en tomar la Odakyu Line desde Shinjuku hasta Fujisawa, y ahí hacer transbordo a la línea Enoshima Line hasta la parada de Katase-Enoshima Station, que es la última parada.

    ¿Qué ver en Enoshima?

    Enoshima tiene una parte de la ciudad que se encuentra en tierra, por así decirlo, y una parte en una isla. Desde la estación de Katase-Enoshima Station hemos de cruzar un puente para llegar a la isla de Enoshima. En los días muy claros, algo no muy habitual, se puede ver el Monte Fuji a la derecha del puente.

    Nada más cruzar hay una calle comercial y, a continuación, comenzará una subida permanente a través de la cual nos iremos encontrando los puntos turísticos. Lo primero que aparecerá a nuestros pies será el Grand Torii of Enoshima Jinja Shrine, típico torii color bermellón que nos indica que estamos entrando en un santuario sintoísta. Unos escalones más arriba, la puerta Zuishinmon Gate nos da la bienvenida al recinto sagrado. Seguimos subiendo y llegamos al Enoshima Shrine, un santuario sintoísta compuesto por tres santuarios: el Enoshima Shrine Hetsunomiya que es en el que estamos, el Enoshima Shrine Nakatsunomiya que está en dirección izquierda, y el Enoshima Shrine Okutsumiya, casi al final de la isla. Por cierto, para llegar hasta aquí hay unas escaleras mecánicas, pero están pensadas para gente con movilidad reducida o para aquellos que estén verdaderamente cansados, pues son apenas 5 minutos andando lo que te evita.

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    Subida al templo de Enoshima con la puerta Zuishinmon de fondo
     
    Aquí podréis experimentar algunos rituales sintoístas como el Omikuji, que consiste en unos papelitos que te dicen tu suerte a cambio de una módica ofrenda. Si el mensaje del papelito es positivo, es decir, buena fortuna, os lo podéis llevar a casa y, de lo contrario, lo colgáis en unas cuerdas que hay habilitadas para ello. También encontraremos la típica fuente donde realizar el ritual para purificar el alma (temizuya en japonés) antes de visitar un templo budista o un santuario sintoísta. Este ritual consiste en: coger el cazo con la mano derecha y echarse agua en la izquierda para lavarla; cambiarlo el cazo de mano y repetir el mismo movimiento para lavar la otra; luego sujetar el cazo con la derecha y verter agua en la mano izquierda que nos llevarmos a la boca para enjuagarnos; escupir el agua con disimulo, en ningún caso tragarla; volver a lavarnos la mano izquierda que hemos usado para beber; y, finalmente, limpiar el cazo.
     
    Otro de los ritos que se pueden ver aquí es el Chi no Wa, consistente en atravesar el gran anillo que vemos en la imagen anterior de la siguiente manera: primero hay que atravesarlo y dar la vuelta por la izquierda, volver a cruzarlo y esta vez volver por la derecha, y atravesarlo una tercera vez dando la vuelta por la derecha nuevamente. De esta manera hemos dibujado una figura de un ocho o infinito, que simboliza la eternidad y, según se dice, tu alma se purifica. Este último no se ve en muchos santuarios, es una oportunidad única el verlo aquí.
     
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    Santuario Enoshima Shrine y el ritual Chi no Wa
     
    Por último, acercaos al templo para observar cómo reza la gente, es verdaderamente curioso: primero se lanza una(s) moneda(s) al baúl que hay en primer plano, luego se hacen dos reverencias, se dan dos palmadas, y se vuelve a hacer una reverencia una vez se haya terminado con las oraciones. También hay puestos donde comprar amuletos religiosos y otros recuerdos relacionados.

    Antes de seguir subiendo no os olvidéis de ver el Enoshima Shrine Nakatsunomiya, el segundo de los santuarios del conjunto de Enoshima Shrine. El original se construyó en 853, si bien fue completamente reconstruido en 1689 y reformado en 1996 siguiendo el modelo de 1689.

    Seguimos ascendiendo hasta llegar al parque Enoshima Samuel Cocking Garden, de acceso gratuito. Este jardín precede al faro Enoshima Sea Candle, el punto más alto de la isla. Pagando una entrada de 500 yenes podéis subir hasta la última planta y disfrutar de unas vistas de 360 grados de toda la isla.

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    Enoshima Sea Candle

    Continuamos para ver los últimos atractivos que hay, que se hallan continuando hacia el final de la isla. Llegados a este punto podéis decidir hasta dónde alcanzar, nosotros fuimos hasta el Enoshima Shrine Okutsumiya, que es el tercer santuario del conjunto que nos quedaba por ver, y luego fuimos a la Dragon Love Bell, un pequeño mirador situado en una colina con vistas al mar, en el que hay una campana que representa la leyenda de un dragón de cinco cabezas que quedó perdidamente enamorado de una doncella de la isla. Se dice que las parejas que hacen sonar la campana tendrán amor eterno, por eso veréis también miles de candados anclados en las verjas.

    Como comentábamos, si tenéis más tiempo y energía, podéis llegar hasta la cueva Enoshima Iwaya Cave y/o a los acantilados Chigogafuchi Abyss, ya dependiendo de las ganas y gustos de cada uno. Según dicen, las vistas del atardecer desde aquí son especialmente bonitas, pero nosotros queríamos comer para poner rumbo a Kamakura por lo que no los visitamos.

    Hablando de comida, en Enoshima la especialidad es el shirasu (whitebait en inglés), unos diminutos peces de apenas 2 centímetros de largo, similar a los chanquetes. Se pueden comer crudos o cocidos. Tal es la fama del shirasu en esta región que lo sirven hasta en las pizzas o en los dulces rellenos como los taiyaki. Un muy buen restaurante donde probarlo, con vistas al mar y todo, es Enoshima-tei.

    Con esta comida damos por cerrada nuestro periplo por Enoshima.

    ¿Cómo ir de Enoshima a Kamakura?

    Para ir desde Enoshima a Kamakura hemos de volver a la estación donde llegamos, Katase-Enoshima Station, y tomar la Enoden Line hasta Kamakura. Esta línea la recorre el antiguo tren eléctrico Enoshima Electric Railway, también llamado Enoshima Dentetsu Line, pero más conocido por su abreviación: Enoden. Es uno de los trenes más antiguos de Japón.

    ¿Qué ver en Kamakura?

    Tal y como os comentamos en el apartado de la historia de Japón en nuestro artículo de Tokio. Kamakura fue capital del país entre los años 1185 y 1333 en una época conocida como el Período de Kamakura o shogunato de Kamakura, en referencia al primer sistema de gobierno militar que se estableció en Japón llamado shogunato. El primer shogun fue Minamoto no Yoritomo.

    Aparte de por haber sido capital, Kamakura es conocida nacionalmente por albergar el segundo Buda más grande del país después del que hay en el templo Tōdai-ji de Nara, y allí nos dirigimos primeramente. Desde la estación de Kamakura hay una media hora andando y, desgraciadamente, está en dirección contraria al centro de la ciudad, por lo que luego hay que hacer prácticamente el mismo camino de vuelta.

    El Gran Buda de Kamakura (Great Buddha of Kamakura en inglés, Kamakura Daibutsu en japonés) se encuentra al aire libre y es la atracción principal del templo Kōtoku-in, un templo budista de la secta Jōdo-shū. La estatua se construyó en bronce en 1252, en el período Kamakura que mencionábamos anteriormente, y representa al Buda Amida (Buddha Amitābha). Tiene una altura de 13,35 metros y pesa 93 toneladas.

    Los precios y horarios del templo Kōtoku-in y la correspondiente escultura los encontráis al final de su página web. Y también se puede entrar al interior de la estatua por un módico precio de 50 yenes, no es que sea algo espectacular, pero por el precio podéis entrar si queréis.

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    El Gran Buda de Kamakura en el templo Kotoku-in

    Volvemos al centro para ver la parte más moderna y animada de Kamakura. Esta discurre a lo largo de la calle Komachi-dori Street, una calle comercial llena de tiendas, restaurantes y puestos de comida callejera.

    Esta calle desemboca en el santuario Tsurugaoka Hachimangu, uno de los más bonitos que hemos visitado en Japón. Un gran torii de color rojo junto a un cruce de calles nos introduce al complejo del santuario, empezando por un idílico camino rodeado de árboles y estanques con nenúfares.

    Estamos ante el santuario sintoísta más importante de la ciudad, se erigió en 1063 al sur de Kamakura, en Yuigahama concretamente, pero con la instauración del shogunato de Kamakura, el shogun Minamoto no Yoritomo lo movió a este emplazamiento en 1191. El acceso al mismo es gratuito y abre diariamente hasta las 20:30.

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    Entrada al santuario Tsurugaoka Hachimangu

    Quedaría un último templo que merece la pena visitar, siempre y cuando tengáis tiempo, ya que cierra a las 16:00. Lo bueno es que se encuentra a 5-10 minutos andando desde el Tsurugaoka Hachimangu por lo que podéis visitar este primero si veis que no os va a dar tiempo y tenéis interés en visitar ambos.

    Se trata del Hokai-ji, de la secta del budismo Tendai, y fue construido en el 1335 en memoria del clan Hojo, gobernantes de Kamakura y, por tanto, de Japón, durante 135 años antes de que fuera derrocado en 1333 y se pusiera fin al periodo de Kamakura (1185 - 1333). Concretamente, se rinde homenaje a las 870 personas del clan que se suicidaron cometiendo el famoso harakiri a fin de no ser derrotados en batalla.

    Para volver a la estación de tren, podéis hacerlo volviendo por la calle Komachi-dori Street o, si queréis cambiar, podéis ir por la calle ancha que hay enfrente del santuario Tsurugaoka Hachimangu.

    Recordad que para volver a Tokio podéis seguir haciendo uso del Enoshima-Kamakura Freepass, tomando el tren de la línea Enoden hasta Fujisawa y ahí cambiar a la Odakyu Line.

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