Artículo actualizado en: 2023-08-28T19:52:11Z

Hiroshima

En nuestra ruta de tres semanas por Japón no podía faltar una visita a la ciudad de Hiroshima que, por cierto, se pronuncia con acento en la primera o (Hiróshima). Este lugar es tristemente conocido en todo el mundo debido a uno de los episodios más oscuros y polémicos, aún hoy en día, de la Segunda Guerra Mundial: el uso por parte de Estados Unidos de bombas nucleares para la aniquilación de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.
 
Hiroshima es actualmente una urbe cosmopolita y moderna de unos 1,2 millones de habitantes y, aunque ha sabido reponerse sorprendentemente rápido a aquel terrible acontecimiento, es cierto que esta historia está presente en prácticamente todos los rincones de la ciudad, sobre todo aquellos interesantes para los turistas. Sinceramente no podría decirse que sea una ciudad en sí bonita, pero sin duda merece la pena visitarla, sobre todo si estamos suficiente tiempo en Japón, para conocer su historia indudablemente impactante y que no deja a nadie indiferente. Nosotros decidimos quedarnos un par de noches allí, en total un día y medio, y esto es, en nuestra opinión, tiempo suficiente para visitar lo más importante.

    ¿Cómo llegar a Hiroshima?

    La manera más rápida es el tren. Normalmente llegaremos hasta aquí desde Kioto u Osaka, en cualquier caso alguna ciudad en la región de Kansai. Nosotros utilizamos el Kansai-Hiroshima Area Pass, un ticket válido para viajar por durante cinco días por está región más Hiroshima, que es justo el itinerario que teníamos planeado. Este billete, por cierto, es más barato comprándolo en la aplicación Klook, tan habitual en Japón, y escaneando el QR en las estaciones, que comprándolo en las propias oficinas de JR.
     
    Si poseéis este u otro billete de JR que incluyan trenes bala o Shinkansen, sabed que estos trayectos se pueden reservar desde las máquinas fácilmente. Hay que dar a la opción de reservar asientos para poseedores de un ticket JR. Ahí reservas los asientos para el siguiente tren que salga, no hace falta comprarlos con antelación. Si vais con maleta grande, esta se puede poner al final de los vagones previa reserva, las maletas pequeñas o medianas las tenéis que dejar cerca de tu asiento.
     
    Una vez estéis alojados en la ciudad, si estáis por el centro, podréis ir a todos los sitios andando y, en caso de necesitarlo, tomar el tren puntualmente.
     

    Breve historia de Hiroshima

    Hiroshima fue fundada en el siglo XVI, aunque no adquirió estatuto de ciudad hasta finales del siglo XIX, después de un proceso de modernización y desarrollo, entre otras cosas, gracias a su importante puerto. Antes de la Segunda Guerra Mundial, Hiroshima contaba con una población de unos 350.000 habitantes, habiendo incrementado esta drásticamente en las décadas anteriores. En ese momento era una ciudad de gran importancia industrial y militar, así como un puerto clave para el transporte marítimo. El centro urbano estaba formado por varios edificios de hormigón armado, mientras la periferia consistía en aglomeraciones de casas y talleres de madera con tejados de teja.
     
    En el año 1937, cuando ya se empezaba a fraguar la Segunda Guerra Mundial, Japón tomó la controvertida decisión de iniciar la invasión del norte y el este de China, dentro de los planes expansionistas que tenía el país desde las primeras décadas del siglo XX. Así inició la Segunda Guerra Sino-Japonesa, en la que Estados Unidos y la Unión Soviética apoyaron económicamente a China, efectuando embargos comerciales y la reducción del suministro de petróleo a Japón, mientras que los nipones contaron con la ayuda de la Alemania Nazi e Italia. En 1941 la Armada Japonesa realiza un ataque sorpresa a la base naval de Pearl Harbour, en Estados Unidos, para intentar prevenir la intervención del país americano en la Guerra del Pacífico. Esto produjo un total de 2400 muertos en el bando estadounidense y provocó la entrada de Estados Unidos en los conflictos de la Segunda Guerra Mundial, declarando directamente la guerra a Japón.
     
    A partir de 1942 Estados Unidos, con el apoyo de Reino Unido y Canadá, comenzó el conocido como Proyecto Manhattan, que consistía en el desarrollo de armas nucleares. En el marco de este proyecto se crearon distintos tipos de bombas atómicas y se analizaron los posibles objetivos para su lanzamiento. Para ello, se hizo una lista de ciudades japonesas que cumplieran ciertas características en cuanto a población, diámetro del área urbana y posibilidad de causar el mayor daño posible con un solo artefacto. Hiroshima resultó ser la primera ciudad escogida para este triste destino, debido a que cumplía todas las características en cuanto a tamaño y ubicación —se situaba en un valle rodeado de colinas, lo cual haría que los efectos de la bomba se concentraran mejor y además constituía un puerto importante en el país—. El objetivo era obligar a Japón a rendirse.
     
    En la mañana del 6 de agosto de 1945 el avión estadounidense Enola Gay lanzó la primera bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima, que detonó a 600 metros de altura sobre el centro de la ciudad. Se estima que unas 70.000 personas murieron en ese mismo instante, y otras 70.000 resultaron heridas. Un 70% de los edificios fueron destruidos. La bomba provocó, además, fuegos que se expandieron rápidamente por las construcciones de madera, destruyendo todo en un radio de unos 2 kilómetros. En los meses posteriores al suceso otras 70.000 personas murieron a causa de las quemaduras, la radiación y la falta de recursos médicos. En aquella época los efectos secundarios del contacto con materiales radiactivos eran aún desconocidos. En la década posterior, a consecuencia de la radiación, el número de fallecidos por cáncer y leucemia aumentó radicalmente.
     
    Solo tres días más tarde, el 9 de agosto, la ciudad japonesa de Nagasaki fue víctima de la segunda bomba atómica lanzada por los estadounidenses, que mataría al instante a unas 40.000 personas. Unos días después, Japón anunció su rendición, que se hizo oficial en septiembre de ese año.
     
    hiroshima japon 6 de agosto de 1945
    Imágenes del Museo Memorial de la Paz que muestran cómo quedaron Hiroshima y Nagasaki en 1945
     
    Apenas unas semanas después de la bomba atómica, Hiroshima sufrió un tifón que acabó con la vida de 3.000 personas y destruyó la mitad de los puentes que quedaban en pie. La ciudad fue reconstruida después de la guerra de forma sorprendentemente rápida, y en 1955 ya contaba con el mismo número de habitantes que antes de la catástrofe.
     

    Hiroshima vs Chernobyl

    Probablemente os preguntéis cómo es que hoy en día Hiroshima es una ciudad completamente habitada y segura si hace menos de un siglo tuvo lugar aquí una explosión nuclear de tal magnitud y, por ejemplo, Chernobyl, ciudad ucraniana tristemente célebre por otra catástrofe nuclear acaecida en 1986, es un lugar muy peligroso debido a su enorme radioactividad y tuvo que ser totalmente abandonado. Pues bien, existen tres razones principales por las que ambas circunstancias son muy diferentes. 

    Por un lado, como hemos mencionado antes, la bomba de Hiroshima detonó a unos 600 metros sobre el nivel del suelo, en el aire. Esto hizo que el material radiactivo se fuera desvaneciendo en el aire. Por el contrario, en el caso de Chernobyl, al explotar en el suelo, la radioactividad se quedó en el terreno, y se extendió por la zona debido al incendio posterior.

    El segundo motivo es el tipo de reacción. El objetivo de la bomba atómica era maximizar la cantidad de energía liberada lo más rápidamente posible, lo que se consigue con una fisión de cadena rápida. La explosión del reactor de Chernobyl, opuestamente, fue una fisión en cadena lenta, lo que hace que liberara material radiactivo menos tóxico pero con mayor duración en el tiempo.

    Los reactores nucleares también generan altos niveles de residuos nucleares que son extremadamente radiactivos. Normalmente, cuando el combustible nuclear se gasta, se sustituye y se almacena en el reactor hasta que pueda eliminarse de forma segura. Pero en el caso de Chernóbil, la explosión liberó este material a la atmósfera y al medio ambiente circundante.

    El último punto es la cantidad de material fisible utilizado en cada lugar. La mayoría de las armas nucleares y reactores nucleares funcionan con uranio enriquecido que contiene altas concentraciones del isótopo uranio-235 (U-235). La bomba lanzada sobre Hiroshima, contenía unos 64 kilos de uranio, aunque solo un kilo se fisionó. En Chernóbil, sin embargo, había unas 180 toneladas de este combustible. La bomba atómica de Nagasaki estaba cargada con plutonio-239, mucho más peligroso que el uranio-235.
     

    ¿Qué ver en Hiroshima?

    Como podréis suponer tras conocer la historia de la bomba atómica y sus repercusiones, la ciudad de Hiroshima que podremos contemplar hoy en día no se parece en nada a la que era a principios del siglo XX. Fue reconstruida prácticamente en su totalidad y a una velocidad sorprendente, así que lo que contemplaremos hoy en día es una urbe moderna, caótica, urbanísticamente desordenada y cuyos edificios históricos o antiguos se cuentan con los dedos de una mano. Por ello decimos que la ciudad en sí no es bonita, ni tiene muchos atractivos turísticos más allá de los relacionados con la bomba atómica, por lo que en un día o día y medio podréis visitar lo más importante. Comenzaremos por una visita al centro y terminaremos en la zona cero de la explosión nuclear, lugar donde se encuentran los monumentos conmemorativos y el museo.
     
    La avenida central y calle más transitada de Hiroshima es sin duda la calle Hondori, una arteria comercial cubierta en la que encontraremos tiendas de todo tipo, karaokes y algún restaurante. En sus alrededores, sobre todo cerca de la avenida Chuo Dori, nos toparemos con una especie de barrio rojo, lleno de bares, clubs y con mucho ambiente nocturno.
     
    Al norte del centro de Hiroshima, a unos 20 minutos andando desde la calle Hondori, se encuentran dos de los atractivos turísticos de la ciudad que no tienen relación con las bombas atómicas y que merecen una visita. Por un lado, descubrimos los Jardines Shukkeien, un pequeño y agradable parque situado junto al río Kyobashi. Se trata, sin duda, de uno de los jardines japoneses más bonitos y cuidados que hemos visitado en el país. Si además vais a primera hora de la mañana podréis disfrutar de sus encantos con total tranquilidad. Tiene un recorrido a pie fácilmente reconocible y marcado mediante flechas con el que podréis visitar todos sus rincones, rodeando en todo momento un lago central muy apacible. Los jardines datan en sus orígenes de principios del siglo XVII y cuentan con varias casas de té tradicionales. Si bien al principio se trataba de un jardín privado de la familia Asano, fueron donados por esta a la ciudad en 1940, transformándose en parque público. La bomba atómica los destruyó casi en su totalidad, solo algunos árboles sobrevivieron, pero tras la catástrofe fueron reconstruidos y abrieron de nuevo al público en 1951. La entrada es de pago, pero es bastante barata. El precio es de 260 yenes por persona, los estudiantes tienen descuento. El horario es de 9 a 18 horas en verano, y hasta las 17:00 el resto del año. La visita nos llevó unos 40 minutos.
     
    lugares turisticos en hiroshima japon
    Jardines Shukkeien
     
    Muy cerca de los Jardines Shukkeien, a unos 5-10 minutos andando, se encuentra el célebre Castillo de Hiroshima, que bien merece una visita de una hora. El área del castillo está rodeada por un foso cuadrangular y el edificio en sí está en una de las esquinas. Lo reconoceréis de lejos porque su estructura clásica japonesa destaca sin duda entre los modernos edificios de la ciudad. El edificio fue construido originalmente a finales del siglo XVI bajo las órdenes del general samurái Mōri Terumoto, en la misma época en la que se fundó Hiroshima. A partir de la era Meiji, a finales del siglo XIX, el castillo empezó a servir como base militar, hasta que la bomba atómica lo redujo a escombros. El edificio era originalmente de madera, y su reconstrucción, llevada a cabo en los años 50 del siglo XX, se realizó a base de hormigón armado. En su interior encontraremos un museo sobre la historia del castillo y de la ciudad, y en la parte alta hay un mirador desde el que se puede apreciar las vistas de Hiroshima y el río. La entrada es de pago, podéis consultar los horarios y precios en su página web oficial. Para viajeros de paso, se pueden dejar maletas en las taquilllas donde se compran los tickets de manera gratuita.
     
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    El castillo de Hiroshima detrás del río Motoyasu
     
    En la propia isla en la que se encuentra el Castillo de Hiroshima, en otra de las esquinas de la superficie cuadrangular rodeada de agua, se sitúa también un santuario que podéis aprovechar a ver estando de paso. Se trata del Santuario Hiroshima Gokoku, fundado a mediados del siglo XIX, al comienzo de la era Meiji. Este edificio se localizaba originalmente en otra parcela de la ciudad, y en los años 30 del siglo XX fue desmantelado y movido al lugar donde hoy se sitúa el Estadio Municipal de Hiroshima. La bomba atómica lo destruyó prácticamente por completo y posteriormente fue reconstruido junto al Castillo, donde podemos verlo actualmente. Lo único que sobrevivió al bombardeo fue su puerta torii, si bien tiempo más tarde se reemplazó por una réplica. La visita es gratuita, es un lugar tranquilo, y hay folletos con fotos de antes y después de la bomba.
     
    El resto de atractivos turísticos que, a nuestro parecer, tiene la ciudad de Hiroshima, se encuentran en la zona cero de la bomba atómica y tienen que ver con el desastre nuclear ocurrido en 1945 y que sin duda ha marcado esta ciudad para siempre. Se trata de un conjunto de edificios y monumentos situados alrededor del puente Aioi, muy cerca de la céntrica calle Hondori, y cuya visita nos llevará varias horas. Cabe decir que la experiencia puede ser algo dura, al fin y al cabo es un recuerdo a las decenas de miles de víctimas que murieron y sufrieron las terribles consecuencias de la bomba, cuyas historias, representadas en fotos, objetos personales y monumentos, ponen verdaderamente los pelos de punta.
     
    La historia de la bomba atómica, así como de las víctimas y supervivientes, se narra de forma excepcional en el Museo Memorial de la Paz de Hiroshima, situado en el delta del río Motoyasu. La visita a la exposición merece unas 3 horas, y en ella encontramos fotos terriblemente impactantes, narraciones sobrecogedoras de supervivientes en vídeo y en texto, y decenas de historias de víctimas reales. Como decimos es una experiencia bastante dura a nuestro parecer, resulta imposible no sobrecogerse al ver todo lo que se expone aquí. Pero la verdad es que es una visita totalmente recomendable para conocer a fondo la cruel historia de lo que ocurrió en 1945. Las instalaciones del museo son bastante modernas y todos los textos están disponibles en inglés. Al final del recorrido hay una sala dedicada al Proyecto Manhattan y un claro alegato contra las armas nucleares. También hay un texto conmemorativo de cuando Barack Obama visitó la ciudad de Hiroshima, único presidente en toda la historia de Estados Unidos en hacerlo. En la página web oficial del museo encontraréis información actualizada de los precios y horarios.
     
    Museo Memorial de la Paz de Hiroshima
    Museo Memorial de la Paz de Hiroshima
     
    Justo enfrente del edificio alargado del museo se extiende una superficie ajardinada con numerosos monumentos y esculturas dedicados a las víctimas de la bomba. El rincón más célebre es el Monumento a los Niños, que encontraremos si seguimos la senda perpendicular al eje central del museo. La historia de este monumento es una de las más conocidas de Hiroshima y es realmente trágica, se explica en una parte del museo y es imposible no emocionarse al conocerla. Se trata de la historia de una niña llamada Sadako Sasaki. La pequeña Sadako era japonesa, vivía en Hiroshima, y cuando la bomba estalló contaba tan solo con dos años de edad. Sobrevivío a la detonación de la bomba, si bien sufrió los efectos de la llamada "lluvia negra" que se produjo posteriormente a la explosión, en la que cayó del cielo un compuesto pegajoso y radiactivo que impregnó los cuerpos de los supervivientes. Los años posteriores a 1945 Sadako vivió una vida relativamente normal en Hiroshima hasta que, en 1955, cuando tenía 12 años, se le diagnosticó leucemia, muy probablemente a causa de la radiación recibida de la bomba. 
     
    Como mencionamos al principio, en la década posterior a 1945 se observó un gran incremento de casos de cáncer y leucemia en la población superviviente, lo cual muchos expertos relacionan con la radiación. Existe una leyenda japonesa que dice que a aquel que consiga doblar 1000 grullas de papel se le concederá un deseo y, movida por esta historia, Sadako comenzó a hacer diminutas grullas con los papeles de sus medicinas mientras permaneció en el hospital. Desgraciadamente la pequeña falleció ese mismo año, tras una dura y dolorosa enfermedad. Esta historia conmocionó al pueblo de Hiroshima y en 1958 se inauguró el Monumento a los Niños, una escultura de hormigón en cuya cúspide se sitúa una estatua de Sadako sujetando una grulla que alza el vuelo. A los lados de la figura, en la base, muchas personas han depositado miles de grullas de papel en conmemoración a Sadako y a todos los niños que perdieron la vida a causa de la bomba atómica. Hoy en día se pueden encontrar muchas referencias a las grullas de papel en toda la ciudad, y en el museo se exponen algunas de las que hizo la propia Sadako.

    Monumento a los niños

    Tras visitar el Monumento a los niños y descubrir la historia de Sadako Sasaki cruzamos el puente Motoyasu, que se encuentra justo al lado, para dirigirnos al que es sin duda el símbolo más representativo del Parque Memorial de la Paz de Hiroshima: El Monumento de La Paz de Hiroshima, también conocido como A-Bomb Dome
     
    Es un edificio que sin duda os llamará la atención, ya que está prácticamente en ruinas y cuenta con una cúpula desnuda cuyo esqueleto metálico queda a la vista y dota al monumento de una silueta muy singular, destacada en souvenirs y otros recuerdos de Hiroshima. Este edificio no es famoso por la función que cumplía anteriormente, sino por haber sido el único que, situándose en un área muy aproximada al hipocentro de la bomba, a apenas 150m de distancia horizontal, ha conseguido mantenerse en pie. Hoy en día está preservado intencionadamente en el estado ruinoso en el que quedó tras la explosión, habiendo sido reforzada su estructura, para servir de recuerdo permanente de las consecuencias catastróficas de una guerra nuclear y para conmemorar a las 140.000 personas que fallecieron debido a la bomba de Hiroshima. 
     
    El edificio en sí fue construido a principios del siglo XX. En la época de la guerra se utilizaba principalmente como centro de exposiciones educativas y artísticas. Todas las personas que se encontraban aquel fatídico 6 de agosto de 1945 en su interior murieron instantáneamente tras la detoncación. La gran resistencia de la estructura del edificio a la explosión puede deberse a diferentes factores, por ejemplo el hecho de que la bomba explotó prácticamente encima de él, por lo que la fuerza de la misma le impactó de forma casi totalmente vertical. También era un edificio especialmente diseñado para resistir terremotos. Sea como fuere, sus pilares y muros exteriores permanecieron casi intactos, así como el esqueleto de la cúpula. En 1996 fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. El edificio no se puede visitar por dentro, naturalmente, pero sí rodearse por fuera.
     
    hiroshima antes y despues
    Atomic-Bomb Dome

    Por último, nos queda visitar un par de sitios relacionados con la bomba atómica que se encuentran muy cercanos al A-Bomb Dome. Por un lado, está el Atom bomb struck Jizōson, una estatua Jizo tradicional japonesa, hecha en piedra y de unos 50 cm de altura, que se localiza justo a detrás del A-Bomb Dome. Su peculiaridad reside en que, al igual que sucedió con el edificio anterior, esta figura recibió el impacto de la bomba sobre su cabeza, casi totalmente vertical, formando una sombra negra en la base que actualmente aún se puede contemplar. Las partes de la piedra que fueron expuestas directamente a la explosión se volvieron blancas y ásperas, mientras que las que quedaron a cubierto siguen lisas y suaves. 
     
    En la misma calle de la estatua Jizo se encuentra el lugar exacto del hipocentro de la bomba (Hiroshima Atomic Bomb Hypocenter); es decir, a unos 600 metros encima de este punto, en línea vertical, se produjo la detonación de la misma. Podremos distinguir este lugar por una placa explicativa con una foto de la zona tras la explosión. Aquí mismo se situaba entonces un hospital, el Hospital Shima, que había sido construido una década antes y en cuyas instalaciones fallecieron instantáneamente unas 80 personas sin dejar ningún rastro, entre pacientes y trabajadores sanitarios. Para estimar el punto del hipocentro se analizaron las sombras que produjo la radiación en diversos lugares de la ciudad y la dirección de las mismas. Realmente el objetivo de los estadounidenses era que la bomba cayera y detonara justo encima del céntrico puente Aioi, situado a unos 250 metros de este lugar. 

    ¿Dónde comer en Hiroshima?

    La especialidad de Hiroshima es el llamado okonomiyaki. Lo cierto es que es un plato muy popular en Japón, pero un completo desconocido en Europa. El okonomiyaki consiste en un popurrí de ingredientes hechos a la plancha, a modo de tortilla, que, pese a la pinta rara, está sorprendentene bueno. Los ingredientes estándar suelen ser: una masa de harina, col (cabbage), brotes de soja (bean sprouts), panceta de cerdo (pork), fideos japoneses (noodles), huevo (egg), una salsa especial de okonomiyaki y semillas de sésamo (sesame). Este es el más típico pero hay muchas variantes con distintos sabores. Se dice que el plato se volvió popular, sobre todo, los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, ya que debido a la escasez de recursos la población se sirvió de lo poco que tenía para poder comer, y este plato constituía, con su popurrí de alimentos, una opción barata y fácil.

    comida tipica hiroshima
    Okonomiyaki en el restaurante Hassei

    Un lugar muy famoso donde probarlo es Okonomimura, un edificio de tres plantas lleno de pequeños locales donde sirven única y exclusivamente este plato. Aunque es un sitio muy conocido, la verdad es que los hay mejores. El restaurante que más nos gustó se llama Hassei, quizás tengáis que esperar un poco pero merece indudablemente la pena.

    También aquí podéis encontrar las famosas cadenas de ramen que hay en todas las ciudades japonesas como el Ichiran Hiroshima Hondori shop o Ippudo.

    Para desayunar o merendar, nos hicimos fans de la cadena Mister Donut, que está por todo el país. Otra opción es A Happy Pancake, donde se pueden probar los famosos fluffy pancakes o tortitas esponjosas japonesas.

    Excursiones desde Hiroshima

    La excursión por antonomasia desde Hiroshima es la isla de Miyajima. Se trata de una bonita isla en la que habitan ciervos, como en Nara, a la que se accede por barco. Se puede ver en medio día o, si tenéis tiempo, dedicarle un día entero o dos tranquilamente. Además, el Kansai-Hiroshima Area Pass que utilizamos para llegar hasta aquí, también incluye un trayecto en ferry de ida y vuelta a Miyajima.

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