Artículo actualizado en: 2022-10-31T18:47:40Z

Guanajuato

Guanajuato es una ciudad de 195.000 habitantes, capital del estado homónimo. Guanajuato nos sorprendió positivamente al resultar ser una ciudad universitaria con muy buen ambiente por las calles.

El número de días ideal para visitarla tranquilamente es de dos, aunque si vais rápido en uno se puede ver todo también.

¿Cómo llegar a Guanajuato?

Las dos empresas de autobuses de confianza que hemos usado en nuestro viaje por México, ETN y Primera Plus tienen estación en Guanajuato por lo que dependiendo de dónde vengáis, podéis optar por una o por otra. En nuestro caso vinimos desde San Miguel de Allende, usamos la empresa Primera Plus y el trayecto nos llevó 1 hora y media. Desde la Terminal Central de Autobuses de Guanajuato hasta el centro hay un trecho así que la mejor opción es coger un Uber que tarda unos 15 minutos.

¿Qué ver en Guanajuato?

Guanajuato, tanto la ciudad como el estado, es conocida por su producción minera ya que desde que en el siglo XVI se descubrieran las primeras minas de plata, con el paso del tiempo su poder comercial en este sector fue acrecentando. Es por ello que Guanajuato está considerada como una ciudad minera así que una visita muy típica cuando estéis aquí es la de una mina.

Hay varias minas que se pueden ver, casi todas están una a continuación de la otra, la principal es la Mina Valenciana y de ella salen varias bocas que se pueden visitar como la Bocamina de San Ramón o la de San Cayetano, todas con nombres de santos ya que son las más antiguas. Las más modernas ya tienen otros nombres, como la Mina del Nopal.

La Mina Valenciana es una mina activa que aún se sigue explotando por lo que las bocas que se pueden visitar van cambiando, es mejor pasarte por uno de los muchos puestos de información que hay por la ciudad y preguntar cuáles están abiertas al público en el momento de vuestra visita. En el nuestro solo estaban las de San Ramón y San Cayetano, y nos decantamos por la primera ya que tiene más fama.

Bocamina de San Ramón – se visita a través de una visita guiada grupal de en torno a una media de duración. El precio es de 30 MXN por persona más la propina que se le da al guía. Nada más llegar pagas la entrada y esperas un poco a que se forme un grupo con otra gente, aunque si no hay nadie el tour lo hacéis vosotros solos, como fue nuestro caso. Primero nos cuentan información sobre la mina, un breve museo con un vídeo de 5 minutos y luego se visita la bocamina en sí, que consiste en un túnel de 24 metros de profundidad y 60 metros de recorrido. Cuando estás abajo del todo te puedes hacer una mejor idea de las condiciones infrahumanas a las que estaban sometidos los mineros, muchos entraban a trabajar a los 20 años y la esperanza de vida era de 30, debido a los gases y aire sucio que se inhalaba diariamente. En esta mina se extrae sobre todo cuarzo, plata y oro, entre otros minerales. Al final del tour hay una representación de una tienda de raya, que es el lugar donde cobraban los mineros, que por cierto no lo hacían en dinero sino en especias. Lo de raya proviene de que muchos de los mineros se dedicaban a este negocio desde jóvenes de tal manera que eran analfabetos y apenas sabían firmar con una raya.

La mina estuvo mucho tiempo cerrada y recientemente se decidió renovar y abrirla al público. De hecho, la pusieron tan bonita que también se usa como recinto para eventos. Aunque son públicas, están explotadas por empresas privadas, en el caso de la valenciana por una empresa canadiense. Abre diariamente de 10 a 19:00, aunque los horarios en Guanajuato mejor siempre confirmarlo antes en los puestos de información que hay por la ciudad. La mejor forma de llegar es en Uber.

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Entrada a la Bocamina San Ramón

Vista una mina, vamos ya a ver la ciudad en sí. Para orientarnos, podemos decir que hay una calle que cruza totalmente la ciudad de una punta a la otra y en ella se encuentran casi todos los atractivos. Es la que pasa frente al Teatro Juárez del que hablaremos más adelante y se llama “Avenida Benito Juárez” o “De Sopena” dependiendo del tramo. Hay además muchos stands en la calle donde ofrecen información turística y tours.

Empezaremos en uno de los extremos, por el Mercado Hidalgo. Los mercados son algo muy popular en México y es por eso que visitamos tantos. Este es uno bastante conocido en Guanajuato y encontramos de todo: frutas y verduras, comida en general, artesanía, ropa, etc. Aunque para souvenirs es un poco caro, es un buen sitio para desayunar y comer, nosotros lo hicimos en alguna ocasión. Podemos recomendar el local de CarnitaSam para tacos o tortas de carnitas con la famosa bebida mexicana Jarritos.

Proseguiremos con la Plaza de San Fernando, lugar donde antiguamente se procesaban los minerales traídos desde las minas cercanas hasta aquí. Hoy en día es una agradable plaza con varias terrazas y restaurantes.

Seguimos paseando hasta llegar a la Plaza de la Paz, una de las más importantes ya que desde aquí suelen salir algunos tours, además de que siempre está llena de gente y buen ambiente. También aquí se halla la placa que recuerda que Guanajuato es Patrimonio de la humanidad así como un letrero de Guanajuato con las que poder hacernos una foto con la basílica que vamos a ver a continuación de fondo.

En esta plaza, como decíamos, se encuentra la Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato, construida en 1696 en estilo barroco y neoclásico. Se puede acceder gratis a su interior.
 
Plaza de la Paz con la basílica de fondo

La Plaza de la Paz también está al lado de la Universidad de Guanajuato, la cual tiene bastante fama nacionalmente. Su edificio es emblemático por esa gran escalinata que hay frente a él, la cual nos permite obtener unas vistas fabulosas de la ciudad una vez hayamos subido. Por lo que pudimos hablar con algunos estudiantes que estaban por allí, esa no es la entrada oficial, sino que se entra por una puerta que hay bajando la calle. En cualquier caso, no se puede visitar, son oficinas en su mayoría y hay incluso un control seguridad para acceder.
 
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Edificio de la Universidad de Guanajuato

Otra de las iglesias que visitar por esta zona es el Templo de la Compañía de Jesús Oratorio de San Felipe Neri, construido por orden de los jesuitas en 1765 en estilo churrigueresco, que estaba muy de moda en esa época.

Nos movemos ahora a la Plazuela Del Baratillo, cuyo nombre inevitablemente nos despierta interés. Aunque oficialmente se llama Plaza Joaquín González y González, desde la época colonial todo el mundo la conoce como la Plaza del Baratillo pues aquí se hallaba un mercado de frutas, verduras y flores, entre otras cosas, a precios muy baratos. Aunque hoy en día no hay mercado, sí que encontraremos algún que otro puesto ambulante donde llevarse algo a la boca, algo que, no sabemos cómo, pero siempre apetece en México. La plaza en sí es muy pintoresca ya que se encuentra prácticamente escondida entre callejones por lo que al llegar a ella te llevas una grata sorpresa.

Plazuela del Baratillo

En nuestro paseo por Guanajuato no puede faltar una visita a la Plaza del Ropero y el Monumento Jorge Negrete, dedicado al famosísimo compositor mexicano. Las nuevas generaciones no lo tenemos tan escuchado pero a nuestras abuelas les encantaba, en su época era el no va más. No obstante, todo el mundo conoce a Jorge Negrete (1911-1953) por su canción “México, lindo y querido” que seguramente hayáis escuchado en algún momento de vuestras vidas o en vuestro viaje por México sin ir más lejos. Nació aquí en Guanajuato y, de hecho, junto a esta plaza se halla su casa natal, la Casa Jorge Negrete.

Al final lo más bonito de Guanajuato es pasear por sus calles, este itinerario por las plazas e iglesias más importantes nos están llevando por varias de estas preciosas calles pero no podéis pasar por alto otras como el Callejón del Potrero o la Positos, así como la red de túneles que hay en medio de la ciudad, algo curioso y muy único de Guanajuato; es como si la ciudad tuviera varios niveles, una parte subterránea, otra donde está la ciudad, y otra más elevada. Podéis pasear tranquilamente sin rumbo pero nunca os metáis por un túnel porque entonces ya no sabréis dónde vais a salir.
 
Túneles, calles y niveles de la ciudad de Guanajuato

Otra parada recomendable es el Museo de las Momias de Guanajuato, probablemente la atracción número uno de la ciudad. Se trata de una exposición de cuerpos momificados procedentes del Panteón de Santa Paula, cementerio de la ciudad de Guanajuato. El motive de este movimiento de cuerpos es que en algunos cementerios como este hay que pagar una cuota de mantenimiento de las tumbas y, en caso de que no se abone dicha cantidad, los cuerpos son exhumados. En 1865 se procedió a retirar el primer cuerpo por impago cuando se descubrió que este estaba momificado de manera natural, por las condiciones del subsuelo. Así siguió con más cuerpos hasta que se decidió montar un museo para albergarlos a todos. Según el propio museo, aquí hay expuestos cuerpos desde 1865 hasta 2002. Dicho esto, es un museo un tanto macabro, no apto para todos los públicos por supuesto. Ya habíamos visitado otros museos con momias como los de Tenerife y Gran Canaria y, en comparación, este nos ha gustado menos porque es principalmente una exposición de cadáveres, mientras que en los de Canarias había más explicaciones sobre la anatomía del cuerpo, enfermedades de la época o causas de la muerte. El mayor atractivo del museo es un feto de 6 meses y apenas 20 centímetros de altura, lo que le convierte en la momia más pequeña del mundo. Contad con que está un poco lejos del centro y cierra los lunes; en su página web tenéis sus precios y horarios. No es muy grande y se ve rápido, más o menos en 30 minutos.

Volvemos al centro para ver el Jardín Unión, un remanso de paz por el día bajo sus árboles y un lugar para quedar y escuchar música en vivo por las noches.

Frente al Jardín Unión se encuentra el Teatro Juárez, centro neurálgico de la ciudad y que lleva el nombre del presidente Benito Juárez, el primer y único presidente indígena del país y para muchos el mejor que ha tenido México en su historia. El teatro se construyó en 1903 aunque fue renovado años más tarde. La fachada está construida por columnas de orden dórico y por ocho esculturas en la parte superior que representan musas griegas de diversas artes y ciencias, como la musa de la comedia, de la poesía, de la danza, etc. Si por el día es bonito, por la noche iluminado lo es aún más. También lo podéis visitar por dentro a través de tours guiados todos los días a excepción de los lunes.

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Fachada principal −pacialmente en obras− del Teatro Juárez

Desde aquí tomamos la calle principal “De Sopena” y pronto llegamos al Museo Iconográfico Del Quijote, creado en 1987 gracias a la donación de la colección privada de don Eulalio Ferrer Rodríguez, un apasionado de Cervantes y su obra, que emigró a México durante la Guerra Civil. El museo alberga varias obras relacionadas con Cervantes y El Quijote, que fueron encargadas por don Eulalio a pintores nacionales e internacionales. El museo no lleva mucho tiempo y tiene un precio bastante asequible, aunque si vais justos de tiempo y además venís desde España podéis ponerlo como opcional. En su página web podéis ver sus precios. En la puerta hay una estatua del Quijote y unos metros a la izquierda, una de Cervantes.

A cinco minutos andando del Museo Iconográfico Del Quijote vamos a ver la Plaza Allende, donde destaca una gran Estatua de Don Quijote y Sancho Panza, así como el Teatro Cervantes. De normal el teatro no se puede visitar, salvo que vayáis a ver una obra, pero cuando estuvimos allí justo estaba abierto y pudimos ver la sala de entrada, donde hay una gran estatua de Miguel de Cervantes Saavedra.

Y es que en Guanajuato tiene gran aprecio por Cervantes. Desde 1970 se celebra el Festival Internacional Cervantino, donde se representan entremeses de Cervantes en plazas y teatros de la ciudad, generalmente en el más importante, el Teatro Juárez. En la Plaza Allende encontramos unas placas que hacen referencia a este festival.
 
Plaza Allende: estatua de don Quijote y Teatro Cervantes

Un museo más local es el Museo Regional de Guanajuato Alhóndiga que trata el tema del estado y ciudad de Guanajuato en el contexto de la revolución e independencia de España. Es bastante interesante y muy útil para aprender cosas sobre la independencia. Recordemos que el proceso de independencia comienza en 1810 con los primeros revolucionarios, quienes fueron posteriormente apresados y fusilados. Pues las cabezas de cuatro de los líderes insurrectos (Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama y José Mariano Jiménez) fueron expuestas en las cuatro esquinas de la Alhóndiga de Granaditas el 14 de octubre de 1811 hasta 1821. Algo que aprendimos en el museo es que surgieron varios líderes en las distintas ciudades pero con distintas maneras de revolucionarse. El cura Miguel Hidalgo y su ejército mataba a todo aquel que capturaba, saqueaba las ciudades a su paso y violaba a las mujeres, métodos que no aprobaban los otros insurrectos como Allende y Aldama por lo que acabaron por quitarle el mando.

El museo, además, cuenta con una de las varias réplicas que se hicieron de la Campana de Dolores, la que el cura Miguel Hidalgo hizo sonar en la madrugada del 16 de septiembre de 1810 en la ciudad de Dolores Hidaglo (Guanajuato) para arengar al pueblo a alzarse frente a los conquistadores españoles en lo que se conoce como el inicio del proceso de independencia de México. La original se encuentra en el Palacio Nacional de Ciudad de México. Concretamente, en la década de los 60, se hicieron 32 réplicas, una para cada estado, y la correspondiente al estado de Guanajuato se encuentra aquí. Sin embargo más adelante se hizo otra copia de la campana para ponerla en la Parroquia de los Dolores en Dolores Hidalgo y sustituir la original, por lo que Guanajuato es el único estado mexicano con dos réplicas. La visita al museo dura entre una hora y media y dos horas, el precio es de 65 MXN, y abre de martes a sábado de 10:00 a 17:30 y los domingos de 10:00 a 14:30, lunes cerrado.

Patio interior del Museo Alhóndiga de Granaditas con la réplica de la Campana de Dolores

Guanajuato es una ciudad con una amplia oferta cultural y eso se nota en la gran cantidad de museos que hay. El último museo que vamos a visitar es el Museo Casa Diego Rivera, la casa natal del famoso pintor mexicano Diego Rivera (1886-1957), hoy en día convertida en museo. Esta era la casa donde la familia Rivera vivía alquilada, de hecho solo en el piso de abajo, no era casa propia. Aquí vivieron hasta que Diego cumplió los 6, cuando se mudaron a CDMX entre otras cosas por motivos religiosos, ya que la familia no era católica y en Guanajuato estaba mal visto.

La casa museo no tiene nada original, simplemente expone mobiliario de época. En el primer piso sí podemos ver algunas obras y bocetos de las primeras etapas artísticas del pintor, así como salas temporales sobre otros temas. La sala que más nos gustó fue una sobre cuadros inspirados en el Popol Vuh, libro que trata la creación del mundo según la cultura maya. El cuadro más conocido de Rivera sobre este tema se llama precisamente “La Creación del Mundo” (1931). Ya en Ciudad de México visitamos muchas de sus exposiciones y murales, este es un museo pequeño que no lleva mucho tiempo recorrer (una hora aproximadamente) y que es ideal para poner el colofón final a nuestro aprendizaje sobre Rivera. Abre de martes a domingo de 10 a 16:30, precio 30 MXN, solo se puede pagar en efectivo y no se permite hacer fotos.

Vamos ahora a ver el Callejón del Beso, un estrecho callejón del que se dice que los que se besan en el tercer escalón, tendrán amor para toda la eternidad. Esto proviene de una leyenda que cuenta cómo una joven noble y un minero de poco dinero se enamoraron y puesto que este tipo de relaciones no estaba bien vista, el minero decidió alquilar la casa cuyo balcón daba al balcón de su enamorada y así poder besarse sin que nadie se enterara. Lo cierto es que la historia tuvo un final trágico pues ambos fueron descubiertos y tuvieron que poner punto y final a su amor. Aprovechando el tirón de este lugar, se han colocado allí unos fotógrafos que por 200 MXN (100 MXN por las fotos más 50 MXN por subir a cada balcón) te hacen unas fotos que poder llevarte de recuerdo. En nuestra opinión, un precio un tanto alto para aprovecharse de los turistas.
 
Callejón del Beso con dos enamorados en acción

Como siempre, dejamos para último lugar las cosas que no tienen restricciones de horario, en este caso el Monumento al Pípila, un minero y rebelde protagonista en las protestas que llevaron a la Independencia de México. Hoy en día tiene aquí una estatua en su honor y, además, en un lugar idílico, junto al mirador panorámico de la ciudad de Guanajuato. Se puede subir en funicular que se encuentra junto al Teatro Juárez y los tickets se compran en una ventanilla que hay a un lado. El precio es de 35 MXN por trayecto.

Vistas de Guanajuato desde el mirador junto al Monumento al Pípila

Para la tarde noche os traemos una actividad amena: las famosas callejonadas de Guanajuato. Se trata de unirse a una tuna que recorre los callejones de la ciudad tocando y bebiendo. Lo llevan estudiantes generalmente que ya han terminado la carrera. Hay que reservar un ticket por 120 MXN (propinas no incluidas) que se lo podéis comprar a unos chicos vestidos de tunos que hay frente al Teatro Juárez a todas horas. Hay dos horarios, a las 19:00 y a las 20:45, y empiezan frente al Teatro Juárez que hay un monumento a los callejoneros. Hacen varias paradas en tiendas por si alguien quiere comprarse bebidas para ir tomando algo durante el recorrido.

¿Qué comer en Guanajuato?

Comidas típicas de Guanajuato son, sobre todo, las enchiladas mineras, que no pican porque están hechas con chile guajillo que, en general, es poco picante. Nosotros las comimos en un puesto del Mercado Hidalgo.

Otras comidas también populares son las guacamayas, aunque estas son originales de la vecina León, también en el estado de Guanajuato.

Y un dulce típico son las charamuscas, las venden en las tiendas de dulces y en algún puesto del Mercado Hidalgo.

Otros dulces que, aunque no es originario de Guanajuato se come mucho aquí, son las gorditas de nata. Son similares a unas tortitas pero más pequeñas y esponjosas. Exquisitas. Hay un puesto en la Avenida Benito Juárez, más o menos a la altura del Mercado Hidalgo.

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