Arjonilla

Arjonilla es un pueblo de 3.500 habitantes situado a tan solo 7,5 kilómetros de Arjona y es una excursión perfecta para una mañana o una tarde. Como curiosidad, su patrón es San Roque, el mismo patrón de los perros, y la fiesta en su honor es el 16 de agosto.

¿Qué ver en Arjonilla?

Similar a lo que sucede en Arjona, las principales atracciones turísticas están cerradas y solo pueden visitarse con un empleado de la oficina de turismo. Los edificios históricos se pueden visitar los viernes de 19:00 a 21:00 y los sábados de 11:00 a 13:00, por lo que recomendamos venir en estos horarios para no encontrarnos con todo cerrado.

Al llegar a Arjonilla, dirigíos al edificio de Colecciones museográficas, junto a la oficina de correos. Allí decís qué queréis visitar y un guía os acompanará y explicará lo que ver, todo gratuitamente. Lo más destacado es su castillo y sus refugios antiaéreos de la Guerra Civil.

Primero visitamos el Castillo del Trovador Macías, o las ruinas del mismo. Originalmente fue un castillo almohade, si bien en 1244 fue conquistado por Fernando III y entregado a la Orden de Calatrava, quien se encargaría de su reforma durante el siglo XIV y XV. Actualmente tan solo se conservan algunos restos de murallas y una de sus torres, la torre del homenaje, a la que se puede subir a través de una angosta escalinata y obtener unas vistas panorámicas de Arjonilla.

La fama del castillo proviene de las varias leyendas que hay en torno a la figura del trovador Macías. La más extendida habla de un joven trovador gallego del siglo XIV con una voz tan encantadora que fue llamado por Enrique de Aragón (1384-1434), marqués de Villena y tío del rey Enrique III, para que trabajara para él. Allí se enamoró de doña Elvira, dama de la corte del marqués, quien se iba a casar con Hernán Pérez de Vadillo, marqués de Porcuna. El amor de Hernán Pérez por doña Elvira no era correspondido y esta y Macías mantenían encuentros esporádicos como amantes. Macías fue enviado a la combatir en Andalucía y, mientras tanto, Enrique de Aragón decretó el casamiento del Hernán Pérez con doña Elvira. Macías quedó desolado al enterarse de la noticia y fue a declararle su amor por doña Elvira al propio marqués de Porcuna. Esto llegó a oídos de Enrique de Aragón, quien mandó inmediatamante que lo encerrasen en el castillo de Arjonilla. Macías siguió componiendo poemas y canciones para su amada, de tal belleza que la gente se reunía alrededor de la celda del castillo para escucharlas. Esto enfureció a Hernán Pérez y decidió matarlo.

Curiosamente, en 2003, Doña Letizia Ortiz pidió la mano al por aquel entonces Príncipe Felipe regalándole el libro “El doncel de don Enrique el doliente” de Mariano José de Larra, cuya historia está basada en la leyenda del trovador Macías.

Castillo del Trovador Macías

Volvemos al punto de partida, en la Avenida de Andalucía, y bajaremos a visitar el Refugio antiaéreo de la Guerra Civil. Arjonilla tiene 6 túneles de los cuales solo 2 están restaurados y abiertos al público, siendo este el último en ser rehabilitado y, por tanto, el que se encuentra en mejor estado. Arjonilla era zona republicana y en la región se construyeron varios refugios para protegerse de los ataques aéreos de las tropas franquistas como el refugio antiaéreo que hay en la Plaza Santiago en Jaén.

Refugio antiaéreo en la Avenida de Andalucía en Arjonilla

La entrada al otro refugio antiaéreo se encuentra en la plaza de la Encarnación que hay frente a la Parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación. Esta galería subterránea fue descubierta y rehabilitada en 1998 y tiene 170 metros de distancia construida a unos 3 metros bajo el suelo. En su interior se pueden ver accesos –hoy en día tapiados– a otras galerías e incluso a casas de particulares de gente de clases más altas. También hay pintadas e inscripciones talladas en las paredes por gente que excavó el propio refugio o quienes se resguardaban en él.

Curiosamente este refugio se construyó en junto a la iglesia pensando que los franquistas no iban a bombardear terreno religioso; la realidad fue bien distinta, pues los aviadores se guiaban por la punta de la iglesia y por eso sufrió varios ataques aéreos en poco tiempo.

Terminado el recorrido por los refugios podemos volver a la plaza para ver la Parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación. Esta iglesia ha sido restaurada tras haber sido destruida durante los bombardeos de la Guerra Civil, tal y como acabamos de ver, y con ello gran parte de su archivo y documentación, por lo tanto no hay evidencia exacta de cuándo data su construcción. Presenta elementos góticos y renacentistas por lo que se deduce que se empezó a erigir en el siglo XVI, pero también barrocos, así que se sabe que se siguió edificando en los siglos XVII y XVIII. Podéis entrar gratuitamente en su interior y ver su estructura en tres naves, su altar mayor, sus arcos y columnas, y sus frescos.

Plaza de la Encarnación con la Parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación