Arjona

Arjona es una población de 5.400 habitantes ubicada en la provincia de Jaén. Se trata de un pintoresco pueblo de casas blancas y calles estrechas –muy al estilo andaluz–, y con mucha historia. Primero fue Urgavo en época romana y, más tarde, Aryuna en época musulmana, llegando a ser uno de los terceros reinos de taifas de Al-Ándalus de 1232 a 1244, la taifa de Arjona. En 1244 fue conquistada por Fernando III de Castilla y pasó a ser territorio de la corona de Castilla, cambiando su nombre posteriormente a como la conocemos hoy, Arjona.

¿Qué ver en Arjona?

Arjona se puede visitar por libre, pero para aprovecharla al máximo es preciso reservar una visita guiada desde su web oficial ya que algunos de los tesoros que esconde están cerrados al público y solo se abren durante los tours. Nosotros cogimos la de “Conjunto histórico artístico”, que es la más completa de todas. Además, Antonio Salas Sola, director de la colección museográfica de Arjona y encargado de las visitas, tiene gran conocimiento de historia del arte y arqueología, algo fundamental para que los turistas podamos entender lo que estamos viendo.

La visita comienza en el Ayuntamiento de Arjona, edificio del siglo XIX que antiguamente sirvió como hospital. A priori parece un ayuntamiento como cualquier otro, pero su interior alberga un precioso patio y una decoración digna de mención, gracias sobre todo a piezas y habitaciones procedentes de un antiguo palacio de Don Fernando Ruano Prieto (nacido en 1876 en Arjona), más conocido por el título nobiliario que poseyó de 1902 a 1923, Barón de Velasco –el séptimo en la historia–, un noble, historiador y político de la ciudad. De todos esos objetos de la casa palacio del barón, lo más destacado es el Salón del té o Sala de la Antigua Alcaldía, el cual mezcla estilos nazarí y mudéjar provenientes del pasado islámico de Andalucía. Una de las historias más curiosas del salón es que, los obreros de la época, al desmontarlo de la casa y montarlo de nuevo en el ayuntamiento, colocaron un par de placas con escritos en árabe al revés, fruto de su natural desconocimiento de la lengua. Pasaron muchos años hasta que este fallo fuera descubierto.

Sala de la Antigua Alcaldía en el Ayuntamiento de Arjona

El otro punto de interés del ayuntamiento es la lápida templaria. Para ponernos en contexto, llegados a este punto hay que mencionar de Juan Eslava Galán, escritor natural de Arjona y Premio Planeta en 1987. Arjona no se puede entender sin Juan Eslava Galán. Una de sus tantas novelas lleva el nombre de La lápida templaria (1996) y es la que nos trae hoy a este lugar. Esta novela lleva al lector a recorrer un sinfín de lugares para buscar la enigmática lápida templaria hasta llegar a su pueblo natal. La lápida templaria forma parte de una trilogía templaria y la publicó bajo el seudónimo de Nicholas Wilcox. Sobre los templarios, caballeros medievales que preservaban la integridad del cristianismo, hay muchos escritos y es un tema recurrente en novelas de misterio que abordan temas como las cruzadas o la búsqueda de objetos ocultos como el Santo Grial. Mito o realidad, lo cierto es que aquí, en el ayuntamiento tenemos uno de esos objetos, una lápida templaria construida en mármol, cuyo origen explicaremos al final del artículo.

Subiremos ahora para por la calle Pintor Ramírez para ver las Murallas de Arjona. Son los únicos vestigios que quedan en pie del recinto fortificado que construyeron los almohades como sistema defensivo de la ciudad. Este entramado consistía en una triple muralla defensiva que protegía el Alcázar, que se encontraba en su interior. Alcázar, de hecho, es un término de origen árabe que significa fortaleza. Recientemente se han descubierto las Galerías del Alcázar, una serie de túneles que conectaban el Alcázar con el exterior de la ciudad y que, una vez estén habilitadas al turismo, se podrán visitar.

Seguimos subiendo hasta la Plaza de Santa María, que lleva el nombre de la Iglesia de Santa María que preside la plaza. Este es el lugar que ocupaba la alcazaba de Aryuna en el siglo IX, , es decir, la fortificación o ciudadela central rodeada de las murallas de la ciudad. La alcazaba de Aryuna contaba con una fortaleza, una mezquita –la actual iglesia de Santa María–, un aljibe –que visitaremos más adelante– y un palacio. Detrás de la Iglesia de Santa María, tal y como se puede ver en la siguiente foto, hay dos columnas de piedra que representan el Monumento a los Santos Bonoso y Maximiano. Desde aquí tenemos, por cierto, unas estupendas vistas de toda la región.

Plaza de Santa María con la Iglesia de Santa María en primer plano

A continuación vamos a ver los principales edificios que conforman la Plaza de Santa María.

La Piedra de los deseos, encontrada en las excavaciones de la Catedral gótica de Jaén y que la trajeron a este lugar en 1995. Se dice que al tocarla y pedir un deseo, este se cumplirá. Está al aire libre pero vallada, por lo que hace falta ir con el guía para poder tocarla.

El Santuario de las Sagradas Reliquias, construido en el siglo XVII con el objetivo de albergar los supuestos restos de San Bonoso y San Maximiano, santos patronos de Arjona. San Bonoso y San Maximiano fueron dos mártires cristianos nacidos en el siglo IV en Arjona y que fueron perseguidos por anteponer sus creencias religiosas a las órdenes de los emperadores romanos que gobernaban en ese momento. Concretamente fue el emperador Diocleciano y su brazo ejecutor en Hispania, Publio Daciano, quienes martirizaron y acabaron con la vida de San Bonoso (21 años) y San Maximiano (18 años), decapitándolos. Siglos más tarde, en 1628, los restos óseos de ambos, junto con los de otros mártires, aparecieron en esta zona, motivo por el cual se decidió construir este santuario. Lógicamente, es imposible saber si dichos restos pertenecieron a Bonoso y Maximiano, por lo que se decidió coger una serie de huesos que representaran a todos los mártires.

En el interior del Santuario encontramos un osorio con las sagradas reliquias, es decir, los huesos de los mártires que, por comodidad, se han asignado a San Bonoso y San Maximiano. También alberga un pequeño museo sobre los santos, con objetos y fotografías de las cofradías que salen por el pueblo en las fiestas locales llamadas Fiestasantos. Un buen momento para visitar Arjona, si no fuera por el calor, es a mediados de agosto, que es cuando tienen lugar estas fiestas. Algunos de los atractivos de las fiestas son la quema de Daciano el 19 de agosto y la procesión de los santos y las sagradas reliquias hasta llegar a la Iglesia de Santa María en la noche del 21 de agosto, con fuegos artificiales y el llamado 'toro de fuego' como colofón final en el Paseo General Muñoz Cobo.

Osorio con las sagradas reliquias en el Santuario de las Sagradas Reliquias

La visita continúa con la cripta del Santuario, donde se custodia el Retablo Barroco Hispanoamericano de 1672. El retablo lo construyó un artista local en yeso policromado por encargo de un obispo que había viajado a América. Se entiende que a través de dibujos u objetos traídos por el obispo, el escultor pudo realizar este majestuoso retablo con detalles como el quetzal, un pájaro considerado sagrado para antiguas civilizaciones como aztecas o mayas y que habitualmente es representado en sus construcciones, como por ejemplo en Teotihuacán. La restauración del retablo de 2016 fue laboriosa, se han repintado las partes donde había restos del color original, dejando incoloras aquellas donde no había información alguna. En el lado derecho hay una inscripción con el nombre del autor y la fecha de construcción. Una obra de arte, nunca mejor dicho. Como comentábamos al principio, estas salas están normalmente cerradas y solo se puede visitar con guía, o a veces durante jornadas de puertas abiertas durante festividades locales.

Retablo Barroco Hispanoamericano en la cripta del Santuario de las Sagradas Reliquias

En el lado opuesto al santuario se alza la Iglesia de Santa María, originalmente una mezquita que más tarde fue convertida en iglesia cristiana. En su interior se hallan las figuras de los santos San Bonoso y San Maximiano.

En el lado izquierdo de la iglesia encontramos el Monumento al Rey Alhamar, uno de los hijos pródigos del pueblo. Este busto de bronce rinde homenaje a Muhámmad ibn Yúsuf ibn Nasr, también llamado Ibn al-Aḥmar o Alhamar el Rojo en castellano por su barba pelirroja. Alhamar nació en Arjona en 1194 en época de Al-Ándalus (711-1492), donde vivió hasta los 37 antes de emprender su viaje hacia el sur y llegar a fundar el Reino de Granada en 1238 y la dinastía nazarí, que es la última dinastía musulmana en la Península Ibérica antes de la conquista castellana en 1492. Estamos hablando, por tanto, de un personaje histórico, trasladó la corte a la Alhambra y allí construyó, entre otras cosas, los Palacios Nazaríes o las acequias que llevarían el agua del río Darro al interior del palacio.

El monumento actual es de 2001 y ocupa el mismo lugar que anteriormente ocupó otro monumento a Alhamar que, sin embargo, fue destruido durante el franquismo en 1957. En ese año tuvo lugar en Sidi Ifni –colonia y provincia española en esa época– la Guerra de Ifni entre España y Francia frente a Marruecos, quien había obtenido la independencia en 1956 y reclamaba la devolución de esas tierras. Este hecho hizo que una serie de arjoneros decidiera destruir el monumento a su paisano Alhamar, por ser de origen magrebí. Afortunadamente, hoy en día la nueva escultura se respeta y la figura de Alhamar es motivo de orgullo para los habitantes de esta localidad.

Monumento al Rey Alhamar 

Frente a la iglesia, junto a una residencia de ancianos, vamos a entrar en el Museo Arqueológico de Arjona, donde se exponen objetos –originales y réplicas– encontrados en yacimientos arqueológicos de la zona. La colección es extensa y muestra objetos de distintas épocas, siendo la íbera (siglo VI a.C. – siglo III a.C.), la romana (siglo III a.C. – 476 d.C.) y musulmana (711 d.C. – 1492 d.C.) las más destacadas. Este se creó en 2012 con el fin de poder conservar en el pueblo los restos arqueológicos encontrados, ya que hasta este momento eran llevados al Museo Íbero de Jaén o al Museo Arqueológico de Granada. Un ejemplo de pieza única encontradas en Arjona es el llamado “Toro íbero de Arjona” encontrado en una finca particular en la década de 1920 y perteneciente a los íberos, uno de los pueblos prerromanos que habitaron en la Península Ibérica. Está datado entre los siglos VI a.C. y IV a.C. y actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico de Granada, aunque puntualmente es cedido temporalmente a este museo para disfrute de los arjoneros.

Los objetos más importantes que se pueden ver en el Museo Arqueológico de Arjona provienen de la necrópolis de Piquía, en el yacimiento de la Cuesta del Parral, ubicado a la entrada al pueblo, en la carretera que une Arjona con Andújar. Se estima que la necrópolis data del siglo I a.C. y fue descubierta por casualidad a raíz de unas riadas en el año 2010.

Ejemplos de ello son las cuatro cráteras griegas de los siglos V y IV a. C. –como las de la película de Hércules–, piezas únicas que solo se encuentra en el British Museum de Londres y en el Museo Arqueológico de Atenas; o la Caja de los Guerreros, construida en roca caliza en época íbera y usada como urna funeraria, con figuras en relieve en las cuatro caras de peleas entre guerreros. Lo que vemos en este museo es una réplica de la caja, la original está en el Museo Íbero de Jaén. Como curiosidad, a la entrada del pueblo hay una escultura enorme que representa las figuras de una de las caras de la caja.

También hay objetos como el sillón que se usó en la película británica Lawrence de Arabia de 1961.

Interior del Museo de Arqueología de Arjona con las cráteras griegas en primer plano

Como mencionábamos antes, la alcazaba musulmana de Aryuna tenía un aljibe, nuestra siguiente parada. El Aljibe Almohade, justo debajo de la iglesia, en la calle de Santa María, y fue rehabilitado en 2008 para que se pueda visitar. El aljibe era una construcción árabe muy habitual utilizada para almacenar agua. Este en concreto es de origen almohade, imperio musulmán del norte de África que controlaba gran parte de Al-Ándalus durante el siglo XII, que es de cuando data este aljibe. Es, por tanto, el edificio más antiguo que se conserva en Arjona. En su interior veremos un aljibe de planta rectangular, dividida en tres naves cubiertas por una bóveda de cañón y sustentadas sobre columnas romanas que anteriormente pertenecían a un templo romano que hubo en este lugar construido para honrar al Emperador César Augusto. Si alumbráis con una linterna la parte baja dichas columnas, veréis inscripciones en romano que confirman este hecho.

También en esta calle podemos ver un espectacular mirador con vistas a la sierra, al mar de olivos, y a algunos pueblos de la provincial de Jaén.

Mirador en la Calle del Sol

La calle del Sol acaba en la Plaza Juan Antonio León García, donde se encuentra la Iglesia de San Juan Bautista, que antiguamente era una sinagoga. Vamos a rodearla y continuamos como si siguiéramos por la calle anterior y estaremos dentro del barrio de la Judería. Este barrio es pequeño, apenas tiene dos o tres calles, pero tiene su encanto. Podéis ver el Arco del Barrio Judío y el Candelabro Judío en la calle Adarve.

En pleno distrito judío llegamos a la última parada, pero la más espectacular, la Cripta del Barón de Velasco. Se trata de una cripta privada construida entre 1920 y 1930 y encargada personalmente por Fernando Ruano Prieto, el Barón de Velasco, para albergar los restos de sus padres recientemente fallecidos así como los suyos propios cuando muriera. Salta a la vista que el Barón se dejó gran parte de sus ahorros en ella, se construyó en estilo neobizantino y se decoró con teselas doradas procedentes de Venecia, la decoración del ábside con la representación de un pantocrátor (figura de Dios en el arte bizantino) rodeado por cuatro ángeles, estatuas de mármol de Carrara e incluyó simbología masónica, pues él era masón. La autoría se la debemos al maestro Giovanni, un marmolista italiano; al arquitecto gallego Antonio Flórez Urdapilleta y al escultor valenciano José Capuz, este último encargado de las figuras de las tres virtudes teologales (Fe, Esperanza y Caridad) que vemos en tres de las paredes de la cripta.

Esta cripta es uno de los tres edificios con arte neobizantino que hay en nuestro país, junto al Panteón de Hombres Ilustres y la Basílica of Nuestra Señora de Atocha en Madrid. Se insipiró en la iglesia de Santa Maria dell'Ammiraglio en Palermo.

Asimismo, llama la atención el mecanismo de raíles construido para mover la estatua y poder acceder a los nichos mortuorios. Antiguamente se accedía a la cripta desde una capilla de la Iglesia de San Juan Bautista que se encuentra justo encima, pero a día de hoy se hace por la escalianta externa de mármol por la que habremos bajado.

Interior de la Cripta del Barón de Velasco

En 1936, en plena Guerra Civil, la cripta fue saqueada pues se decía que albergaba un tesoro, por eso faltan tantas teselas y algunas esculturas están rotas. En el saqueo también se exhumaron los restos del cuerpo de su madre, que fueron los únicos que descansaron en esta cripta. El Barón de Velasco accedió al cargo de juez militar en el régimen franquista y a sus espaldas pesan varios fusilamientos de arjoneros en los años con él al frente. Al final, Fernando Ruano y Prieto murió en 1964 sin haber podido utilizar su cripta. La cripta fue restaurada a finales de siglo y desde 2002 fue abierta al público.

Como curiosidad, durante obras de restauración realizadas en 1956 apareció una este lugar una piedra cuadrada esculpida en mármol con un dibujo de un mandala y letras en hebreo. Efectivamente, la lápida templaria que se encuentra actualmente en la escalera del Ayuntamiento. El origen de la lápida es motivo de discusión, pues hay quienes no creen que sea una lápida templaria auténtica sino que se trata de una réplica del grabado de la Mesa de Salomón. La mesa del Rey Salomón es un objeto de leyenda en que el rey escribió cómo se creó el universo y el nombre verdadero de Dios y cuyo propietario obtendría un conocimiento absoluto. Hay quienes dicen que pasó por Toledo y por Jaén. Volviendo a la lápida hallada en la cripta, al parecer, se habrían hecho 12 copias de este objeto para los 12 miembros de una logia o asociación masónica a la que pertenecía el Barón de Velasco llamada “Los 12 apóstoles”. La copia del Barón es la que vemos en el ayuntamiento. Verdad o ficción, o incluso verdad a medias, nunca lo sabremos.

Lápida templaria en la escalera del Ayuntamiento de Arjona

Para los que quieran aprender un poco más sobre la cripta, hay un capítulo sobre ella en la serie de Discovery Max llamada Enigmas De Nuestra Historia – La mesa del Rey Salomón.

¿Dónde comer en Arjona?

Para tomar algo recomendamos recorrer la calle que va entre la Plaza de la Constitución y la Iglesia de San Martín, es el centro de Arjona y la zona con más terrazas y más ambiente.

Para comer, el mejor sitio es Café - Bar - Restaurante "El Gallo", aunque es el más caro y, en segundo lugar, el Restaurante Chuchy. No en Arjona pero en el pueblo cercano de Alharilla hay otro muy buen sitio para comer llamado Gastrobar El llano.

Si buscáis un bar para por la noche, el más popular es el Nono's.

Y si queréis llevaros dulces típicos, la más típica es la Confitería Productos Campos o la Repostelería 1890 Bonoso Campos.

Excursiones desde Arjona

Arjona es un fenomenal punto de partida para explorar pueblos cercanos de la campiña jiennense. Por ejemplo pueblos como Arjonilla o Porcuna.