Schwerin es, con solo 95.000 habitantes, la capital más pequeña de
los estados federados alemanes. Ni siquiera es la ciudad más grande del estado
de Mecklenburg-Vorpommern, del que es capital, ya que la ciudad de Rostock es
la mayor.
Situada al norte de país, a unos 30 km de la costa, Schwerin
cuenta con una naturaleza especial, al tener una gran cantidad de lagos en su territorio (entre ellos, uno de los
más grandes de Alemania), así como numerosas zonas verdes. Gracias a esta
abundante superficie de agua, en la ciudad de Schwerin es posible y común
realizar deportes acuáticos e incluso bañarse en algún lago (como el Ostorfer
See) si las condiciones climáticas lo permiten.
Lago en Schwerin
Pero lo que más llama la atención de Schwerin es, sin duda, es el majestuoso Castillo de Schwerin (Schweriner Schloss), que fue durante siglos residencia de los duques de Mecklenburg y es utilizado hoy en día como sede del Parlamento de la región. Se alza sobre un islote situado al sureste de la estación central de Schwerin. Para llegar, basta con caminar durante 10-15 minutos en esa dirección. La isla está unida al resto de la ciudad por dos puentes, uno de ellos comunica con los hermosos jardines del castillo, al sur.
El palacio, finalizado en el siglo XIX, recuerda a los de cuentos de hadas, con torreones alzándose en el horizonte, rodeado de hermosos paisajes verdes y lagos. Su estilo historicista romántico recuerda un poco al castillo de Neuschwanstein, en Baviera. Está construido en piedra con detalles dorados, y múltiples ventanas que reflejan las aguas del lago. Con más de 600 habitaciones, su interior conserva muchos detalles y objetos originales. En esta página web podéis ver los horarios y precios, así como información sobre las visitas guiadas. El palacio es indudablemente la joya de la ciudad de Schwerin.
El palacio, finalizado en el siglo XIX, recuerda a los de cuentos de hadas, con torreones alzándose en el horizonte, rodeado de hermosos paisajes verdes y lagos. Su estilo historicista romántico recuerda un poco al castillo de Neuschwanstein, en Baviera. Está construido en piedra con detalles dorados, y múltiples ventanas que reflejan las aguas del lago. Con más de 600 habitaciones, su interior conserva muchos detalles y objetos originales. En esta página web podéis ver los horarios y precios, así como información sobre las visitas guiadas. El palacio es indudablemente la joya de la ciudad de Schwerin.
Castillo de Schwerin
Como curiosidad, se dice que un fantasma ronda el palacio de Schwerin: el Petermännchen, un hombrecillo pequeño, con no más de un palmo de altura, que suele ir vestido con ropajes del siglo XVII.
No obstante, no podemos olvidarnos de los magníficos jardines barrocos que rodean al edificio. Con una superficie de casi 25 hectáreas, en ellos encontraremos una mezcla del estilo francés y el barroco, dentro de un terreno delimitado por una línea de árboles. El diseño del jardín data del siglo XVIII. Pérgolas, canales y caminos serpenteantes decoran este hermoso espacio.
No obstante, no podemos olvidarnos de los magníficos jardines barrocos que rodean al edificio. Con una superficie de casi 25 hectáreas, en ellos encontraremos una mezcla del estilo francés y el barroco, dentro de un terreno delimitado por una línea de árboles. El diseño del jardín data del siglo XVIII. Pérgolas, canales y caminos serpenteantes decoran este hermoso espacio.
Jardines del castillo de Schwerin
Detrás del edificio del castillo, en los jardines inmediatos, destaca la Orangerie, un balcón con balaustrada de piedra desde la que se aprecian unas vistas espectaculares de los jardines y el lago.
Además del magnífico castillo y sus jardines, encontraremos
algunos otros atractivos turísticos en la ciudad de Schwerin, si bien son menos
destacables. En el centro de la ciudad, a medio camino entre la estación central
y el castillo, se sitúa la catedral de
Schwerin (Schweriner Dom), construida en el siglo XII, de ladrillo rojo y con una torre
visible desde casi toda la ciudad. También destaca otra iglesia, la Nikolaikirche, finalizada en el siglo
XIII.
Ya que la ciudad no es muy grande, lo mejor es pasear por su
centro para encontrar sus rincones más bonitos o animados, como la Plaza del Mercado (Marktplatz); y los edificios más
destacables, como el Ayuntamiento (Altstädtische Rathaus).
Además, para los que tengáis más tiempo, merece la pena caminar a
las orillas del lago de Schwerin (Schweriner
See), que se extiende al este de la ciudad, y que está rodeado de zonas
verdes.
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