Con casi 150.000 habitantes, Potsdam es la capital del estado
federado de Brandenburg, al noreste del país. La ciudad se encuentra a unos 30
km del centro de Berlín, y es fácilmente accesible con la red de metro
berlinesa (es la última parada de la línea S7, se tardan unos 50 minutos en llegar
desde Alexanderplatz).
Potsdam es famosa por albergar un conjunto de palacios reales
prusianos, construidos durante la época de Federico el Grande, Friedrich II der Große en alemán (1712-1786). A pesar de que
la capital de Prusia era Berlín, la corte se encontraba en Potsdam.
¿Qué ver en Potsdam?
Una vez llegamos a la estación central de Potsdam, nos dirigimos
al centro cruzando el río Havel hacia el norte. La ciudad se caracteriza por
sus grandes extensiones verdes en comparación con la fracción urbanizada.
Además, a lo largo del curso del Havel, el río se ensancha formando hermosos
lagos. No obstante, si estamos sólo un día en la ciudad, es recomendable
pasarlo visitando el centro y los terrenos que albergan los palacios reales.
Si andamos bordeando el centro por su parte occidental, nos
toparemos al noroeste con el parque
Sanssouci (Potsdam Park Sanssouci), principal atractivo turístico de la ciudad. La entrada más
cercana al parque se encuentra a unos 15 minutos andando del centro de Potsdam,
unos 20 desde la estación central.
El parque
Sansoucci consiste en una
extensión de jardines y parques de 287 hectáreas que rodean al Palacio de
Sanssouci y otras construcciones reales. Los jardines y los palacios fueron
declarados Patrimonio Histórico de la Unesco. Todo el parque es atravesado por
una avenida principal de arena, desde la que salen diversos caminos
perpendiculares de acceso a las diferentes construcciones.
El Palacio de
Sanssouci (Schloss Sanssouci), del francés “sin preocupaciones”, es el principal reclamo
turístico de Potsdam por su belleza y conservación. De estilo rococó, el
edificio fue construido en el siglo XVIII y consta tan solo de un piso. Se
puede visitar su interior, aunque quizás es demasiado caro para el tamaño del
edificio (la entrada cuesta 12€; la reducida, 8€). Lo más espectacular del
palacio es, sin duda, las vistas desde el jardín frontal. Este jardín consta de
una serie de bancales debajo del palacio, con plantaciones de viñedos y una
hermosa fuente en la parte baja. La vista más bonita de toda la ciudad.
Otra construcción del Parque Sanssouci destacable
por su belleza es, sin duda, el Pabellón Chino (Chinesisches Haus), un edificio pequeño de planta central que fue construido como
ornamento del parque. El edificio consta de una sola habitación (que también
puede visitarse pagando 3€). De nuevo, el punto fuerte del edificio es su
fachada y cúpula. Es una construcción realmente única, de estilo oriental chino
y rococó. Los detalles dorados, las estatuas del exterior y la ornamentación de
su tejado merecen, sin duda, una visita a este pabellón situado al sur de la
avenida principal. Muy recomendable.
Pabellón Chino
Nuevo Palacio de Potsdam
Al norte de la
plaza se encuentra la Puerta de
Brandeburgo, más antigua que la de Berlín.
La mejor forma de conocer el centro de Potsdam es paseando por sus
calles empedradas. Así descubriremos barrios tan peculiares como el barrio holandés (holländisches viertel), al norte de
Bassinplatz, conocido también como el “pequeño Ámsterdam”, con unas 150 casas
de ladrillo rojo y tejados a dos aguas, siguiendo el modelo de casa típica
holandesa. En este barrio del siglo XVIII encontraremos numerosas tiendas de
artesanía, ropa, flores, así como varios restaurantes y cafeterías. Os
recomendamos el Café Guam, cuya especialidad son las tartas de queso de todo
tipo: deliciosas.
Otro barrio curioso de Potsdam es Alexandrowka, al norte del
centro. Se trata de una colonia rusa del siglo XIX, con edificaciones propias
de la arquitectura rusa y construida para los inmigrantes de este país. Allí
encontraremos el Neuer Garten, un gran parque de estilo inglés que alberga el palacio de Cecilienhof (Schloss Cecilienhof), otra de
las muchas construcciones reales de Potsdam. Fue el último construido por la
familia real prusiana, a principios del siglo XX. Es un hermoso edificio de
grandes tejados y numerosas chimeneas, utilizado en la actualidad como museo y
hotel.
Más alternativas
Al noreste del centro se encuentra el parque Babelsberg, que alberga
el palacio Babelsberg (Schloss Babelsberg). Este edificio
neogótico construido en los siglos XIX y XX –también del arquitecto Schinkel– fue residencia de verano del emperador Guillermo I y en él sucederían
importantes reuniones políticas. Hoy en día es Patrimonio Histórico de la
Unesco junto con los otros edificios reales de la ciudad. Se puede visitar su
interior. Para llegar al parque, ya que se encuentra un poco lejos del centro,
se puede ir con autobús o andando 45 minutos.
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