Artículo actualizado en: 2021-04-02T15:51:47Z

Ludwigsburg

Ludwigsburg (Luisburgo en castellano) es una ciudad de 544.000 habitantes situada en el estado federado de Baden-Württemberg, a unos 12 kilómetros al norte de Stuttgart.

¿Cómo llegar a Ludwigsburg?

Lo cierto es que llegar a Ludwigsburg es súper sencillo. Desde Stuttgart Hauptbahnhof se llega en tan solo 15-20 minutos con las líneas de S-Bahn S4 ó S5, hasta la parada que lleva el mismo nombre de la ciudad.

Si venís desde otra ciudad del estado, lo más económico es comprar el billete el Baden-Württemberg-Ticket, con el que se puede viajar ilimitadamente en trenes regionales (no alta velocidad) durante un día. Se puede comprar online y llevarlo impreso rellenando los nombres de los pasajeros o en las máquinas de las estaciones de trenes.

En caso de que vengáis en coche, hay aparcamientos para visitantes en las inmediaciones del recinto, veréis los letreros cuando estéis por allí.

¿Qué ver en Ludwigsburg?

La principal atracción turística de la ciudad es el Residenzschloss Ludwigsburg, el impresionante palacio barroco construido en el siglo XVIII bajo el gobierno del duque Eberardo Luis de Wurtemberg (Eberhard Ludwig von Württemberg). El palacio está rodeado por unos hermosos jardines conocidos como Blühendes Barock.

Curiosamente, primero se comenzó a construir el palacio, en 1704, y poco más tarde, en 1709, el duque fundó la ciudad de Ludwigsburg junto al mismo. En aquella época todos miraban hacia Versalles, y los arquitectos del Residenzschloss no fueron menos, de ahí que tengan varias similitudes, salvando las distancias por supuesto. Desgraciadamente el duque murió poco antes de que se terminara de construir, por lo que fueron sus sucesores quienes lo disfrutaron. Como no tuvo herederos, el ducado pasó a pertenecer a su primo Carlos Alejandro de Wurtemberg (Karl Alexander) y en 1737 lo tomó su hijo, Carlos Eugenio de Wurtemberg (Carl Eugen), que fue uno de los que más uso le dio al palacio, incluyendo varias modificaciones. Por suerte, el palacio no sufrió daño alguno durante la Segunda Guerra Mundial, todos los ataques se centraron en Stuttgart. En el interior del edificio, lo más destacado es la galería barroca (Barockgalerie), un inmenso pasillo con numerosas pinturas de artistas italianos y alemanes del siglo XVII y XVIII.

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Galería barroca del Palacio de Ludwigsburg

Los jardines, por su parte, se comenzaron a construir al mismo tiempo que el palacio aunque se ampliaron bajo el mando del duque Carl Eugen. En 1954, con motivo del 250 aniversario, los jardines fueron rediseñados, se les cambió el nombre a Blühendes Barock y se celebró con un importante evento de masas. Una de las atracciones de los jardines, sobre todo para los más pequeños, es el jardín de los cuentos de hadas (Märchengarten) creado en 1959 donde se representan casas y personajes de cuentos populares infantiles como Hansel y Gretel, el lobo y las siete cabritillas, la cenicienta o Blancanieves, entre otros.

De la estación de Ludwigsburg hasta los jardines, que es lo primero que nos encontraremos, hay unos 15-20 minutos andando. Lo bueno es que no es un paseo en vano sino que nos lleva por todo el centro de la ciudad, la cual veremos después de visitar el palacio. La parte negativa de la visita es el precio, pues hay que pagar entradas separadas, por un lado los jardines Blühendes Barock y por otro lado el palacio Residenzschloss. Aquí tenéis los precios del Blühendes Barock y aquí los del palacio.

El palacio solo se puede visitar por medio de una visita guiada en inglés o alemán, incluida en la entrada. Hay otros museos adicionales como el museo de la porcelana, el museo de moda barroca, el museo interactivo Kinderreich, el apartamento de Carl Eugen y exposiciones temporales que, aunque se encuentran en el complejo, hay que pagar aparte, cada uno por un precio de 4€.

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Una vez hemos terminado de ver el palacio, qué mejor que aprovechar el desplazamiento para visitar un poco el casco antiguo de Luisburgo.

Lo principal es la Marktplatz, prácticamente enfrente de la salida de los jardines de la calle Schlossstraße. La plaza es un lugar de encuentro tanto para los habitantes de la ciudad como para los turistas, por ello las terrazas que hay en la misma siempre suelen tener bastante gente. En cuanto a edificios destacados en la plaza, los más importantes son las dos iglesias, una enfrente de otra, la Evangelische Stadtkirche Ludwigsburg (iglesia protestante, construida en 1726) y la Katholische Kirchengemeinde Zur Heiligsten Dreieinigkeit (iglesia católica de la Santísima Trinidad).

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Marktplatz con la Evangelische Stadtkirche en el centro

Saliendo de la plaza por la calle Obere Marktstraße, veremos el edificio del ayuntamiento, si bien no es nada del otro mundo como otros ayuntamientos antiguos que encontramos en muchas ciudades alemanas. En la misma calle que el ayuntamiento, prácticamente enfrente, está la oficina de información turística que probablemente habremos visto al ir desde la estación de trenes al palacio.

Más alternativas

Para el que se haya quedado con ganas de ver más palacios, que sepa que Ludwigsburg alberga otro enfrente del Residenzschloss, este de dimensiones mucho más reducidas. Se llama Schloss Favorite y aquí tenéis información acerca de cómo visitarlo.

Por otro lado, para los amantes del baloncesto🏀, es preciso mencionar que el MHP Riesen Ludwigsburg, el equipo de la ciudad, es uno de los mejores en los últimos años en la Basketball Bundesliga. De hecho, en 2020 quedaron subcampeones.

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