Artículo actualizado en: 2022-05-16T14:53:11Z

Edimburgo

La hermosa ciudad de Edimburgo es el punto de partida de nuestro tour de 10 días por el Reino Unido. Nosotros le dedicamos dos días y dos noches y fue suficiente para ver y visitar la mayoría de sus lugares de interés.

Edimburgo –Edinburgh en inglés–, con cerca de 495.000 habitantes, es la capital de Escocia, una de las cuatro naciones constituyentes del Reino Unido. Se trata de una ciudad con mucho carácter y personalidad, donde se respira un ambiente misterioso e interesante.

Para llegar desde el aeropuerto al centro de la ciudad, la opción más barata es coger un autobús (saliendo del aeropuerto a mano izquierda) llamado Airlink. El precio del billete de un trayecto es de £4.5 mientras que el de ida y vuelta es de £7.5, sin fecha de caducidad desde que se usa la ida. Este autobús para en varias paradas, siendo las más céntricas la de Princes Street y la última de todas, en la estación de Waverly. El trayecto total aeropuerto - Waverly dura aproximadamente cuarenta minutos.

¿Qué ver en Edimburgo?

A continuación os aconsejaremos sobre los lugares turísticos más importantes de Edimburgo, para poder planearos una ruta de 2 ó 3 días. Antes que nada, no olvidéis llevar a Edimburgo un paraguas, ya que el tiempo allí puede ser traicionero, y sorprenderos con lluvia y frío en pleno verano.

La mayoría de las atracciones turísticas cierran sus puertas a eso de las 17-18 horas, así que lo mejor es organizarse bien y decidir cuáles se desean visitar.


Royal Mile

Se trata de la calle más concurrida de la ciudad, atravesando su centro desde el Palacio de Holyroodhouse hasta el Castillo de Edimburgo. Su nombre deriva de su longitud, ya que mide 1814 metros, el equivalente a una milla escocesa.

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Calle Royal Mile

La mejor forma de conocer la Royal Mile es recorriéndola entera, descubriendo sus muchos closes (callejones), pasadizos oscuros que se encuentran a ambos lados y que podrían llevarnos a hermosos patios o courts. Uno especialmente bonito que seguro que os encantará es el White Horse Close, muy cerca del palacio. Además, existen en la Royal Mile numerosos restaurantes, pubs célebres (como el de Deacon Brodie o el Royal Mile Tavern) y muchas tiendas de souvenirs donde podréis encontrar múltiples variedades del tartán escocés (el famoso patrón de cuadros de colores que caracterizaba a cada clan escocés).

Como curiosidad, cabe destacar que hasta el siglo XIX existía una muralla que separaba la ciudad de Edimburgo del burgo independiente de Canongate. Dicha muralla atravesaba la Royal Mile, donde se encontraba su puerta. Hoy en día, lo único que queda de esa muralla son unos baldosines dorados situados en el suelo señalando el lugar donde se levantaba. Para encontrarlos, basta con fijarse en la calzada o buscar el pub The World's End, que debe su nombre a que durante el tiempo en que existía la muralla, los ciudadanos de Edimburgo creían que quien cruzaba la puerta de la misma jamás volvería. Para ellos el mundo "terminaba" en esa muralla. Encontrareis una placa en la fachada del pub explicando la historia.

Otro pub destacado de esta calle es el de Deacon Brody, como ya mencionamos antes. El señor Brodie fue un personaje célebre de Edimburgo: ciudadano respetable de día y ladrón de noche. Esta dualidad de su personalidad inspiró al escritor escocés Robert Louis Stevenson para escribir su novela El extraño caso del Dr Jekyll y Mr Hyde.

Por último, otro de los famosos "habitantes" de la Royal Mile es la estatua de David Hume, de la que se dice que tocar el dedo gordo de su pie otorga suerte en los estudios.

A continuación iremos recorriendo la Royal Mile de arriba a abajo, detallando qué ver en cada momento.

  • Castillo de Edimburgo
En uno de los extremos de la Royal Mile se alza, sobre una colina, el Castillo de Edimburgo. Se trata de una antigua fortaleza del siglo XII, utilizada mayoritariamente con fines militares. 

En el interior de sus murallas encontraremos numerosos edificios perfectamente conservados. En visitarlo por completo, se tardan unas dos horas, aunque la cola para comprar las entradas es considerable y nos puede llevar hasta 30-45 min, sobre todo en verano. 

Cabe destacar que, gracias a su situación elevada con respecto a la ciudad, obtendremos unas maravillosas vistas desde lo alto del castillo.

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Vistas desde el Castillo de Edimburgo

Una de las primeras cosas que nos encontramos al entrar es una fila de cañones antiguos en la que destaca uno moderno, el cual cada día (excepto los domingos) a las 13:00 h dispara un cañonazo. Este se denomina One o'clock Gun. Su origen se remonta al siglo XIX, cuando servía para indicar la hora a los navegantes que llegaban a Edimburgo y carecían de visibilidad suficiente debido a la niebla que casi siempre se dispersa por la ciudad. 

Entre los edificios que forman el conjunto del castillo, se encuentra el Museo Nacional de Guerra (National War Museum); las antiguas cárceles del castillo, que están ambientadas con objetos y mobiliario; la Capilla de Santa Margarita (St Margaret's Chapel), uno de los edificios más antiguos de la ciudad –del siglo XII– o el Gran Salón del Castillo (Great Hall).

Además, el Castillo alberga los Honores de Escocia: las joyas de la corona utilizadas para coronar a los reyes escoceses. Aunque sin duda el objeto más valioso es la Piedra del Destino (Stone of Destiny), que básicamente es un enorme bloque de piedra que se mostraba durante la coronación de los reyes escoceses hasta que el rey inglés Eduardo I se la llevó a Inglaterra. ¡La Piedra no volvería a Escocia hasta los años 90 del siglo XX! Hoy en día se sigue utilizando para la coronación de monarcas, el único momento en que la piedra será sacada del Castillo. 

Uno de los aposentos más visitados del castillo es la habitación en la que María Estuardo dio a luz al primer rey de Inglaterra y Escocia.

Otro lugar curioso del castillo es el cementerio de mascotas, una pequeña explanada en la que los soldados podían enterrar a sus mascotas, la mayoría, perros. Por último, destacar que en la explanada que precede al castillo se dieron lugar numerosas quemas de brujas durante siglos, consecuencia de las fuertes creencias y supersticiones de los escoceses en el pasado.

Los horarios y precios los podéis encontrar en su página web: Prices & Opening hours.

  • Museo de los Escritores
Si nos adentramos por el Lady Stair's Close, uno de los callejones que salen de la Royal Mile entre la Catedral de St Giles y el Castillo, encontraremos el Museo de los Escritores (Writer's Museum), una pequeña exposición gratuita dedicada a tres de los escritores más célebres de la literatura escocesa: Robert Burns, Sir Walter Scott y Robert Louis Stevenson. Allí hallaréis primeras ediciones, manuscritos y objetos personales de los escritores, y merece la pena dedicarle un rato para descubrir un poco la cultura escocesa. 

Cabe mencionar que Edimburgo tiene, desde el 2004, el título de "Ciudad Literaria de la Unesco", y es que esta ciudad vio nacer o crecer a muchos de los escritores más importantes de la lengua inglesa, tales como J.M. Barrie, el escritor de Peter Pan; Arthur Conan Doyle, el creador de Sherlock Holmes o J. K. Rowling, quien escribió varios de sus libros de Harry Potter en las cafeterías de la ciudad tal y como comentamos al final del artículo. 

En este museo, se rinde homenaje a Walter Scott, escritor y poeta conocido especialmente por su novela histórica, y por títulos como Waverley Ivanhoe. Por otro lado, encontraremos información sobre el poeta Robert Burns, que trató temas del folclore escocés y perteneció al movimiento romántico. Y, por último, en el sótano encontraremos una exposición sobre Robert Louis Stevenson, el creador de novelas como El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, La isla del tesoro.

  • Catedral de St. Giles
Se trata de uno de los edificios más imponentes de la Royal Mile, y se sitúa aproximadamente en su punto medio. La catedral data del siglo IX, aunque ha sufrido numerosas reformas en los siglos posteriores, que quedan latentes en el interior de la iglesia. Es preciso fijarse en sus hermosas vidrieras, del siglo XIX.

Sin duda el lugar más célebre de la iglesia es la capilla del Cardo (Thistle Chapel). Podréis encontrarla al fondo del edificio, en el lado derecho, y cierra sus puertas a eso de las 16.00. Los Caballeros de la Orden del Cardo mandaron construir esta capilla a principios del siglo XX. Es un espacio pequeño, con decoración en madera tallada y coloreada. Como curiosidad, cabe destacar los pequeños angelitos de madera situados en la parte superior, tocando diversos instrumentos. Os invitamos a que busquéis (y encontréis) un angelito tocando la gaita.

Muchos se habrán fijado a lo largo del viaje por Edimburgo en que hay muchas menciones a los cardos (thistle street, thistle hotel, etc.). Pues la explicación es la siguiente: en época de los vikingos, estos se disponían a atacar las tierras escocesas; cuál fue su sorpresa al ver que sus pies descalzos se clavaban con los múltiples cardos que hay en Escocia y sus gritos de dolor despertaron a los escoceses que gracias a ello pudieron derrotarles.

Otro detalle que llama la atención de la catedral lo encontramos fuera de ella, en unas baldosas que conforman la figura de un corazón. Como marca la tradición, aquel que escupe dentro del llamado "Heart of Midlothian" (Corazón del Midlothian), le traerá suerte.

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Catedral de St. Giles

  • Iglesia y cementerio de Canongate
Otro de los edificios destacables de la Royal Mile es esta pequeña iglesia (a la que no pudimos entrar) y su pequeño cementerio. Aunque este cementerio no es tan impresionante y famoso como los de Greyfriars u Old Calton, no dudéis en dedicar unos minutos a pasearlo cuando vayáis por esta calle, de camino al Palacio de Holyroodhouse.

  • Palacio de Holyroodhouse
En el otro extremo de la Royal Mile, junto al excéntrico edificio del Parlamento Escocés, se alza este sobrio palacio. Se trata de la residencia oficial de la Reina cuando visita Escocia, y mientras ella no esté allí se puede visitar su interior. Tras encontrar el Castillo demasiado frío, los monarcas ingleses decidieron trasladar sus aposentos a este edificio en el siglo XVI. 

En su interior encontraremos numerosas salas con decoración y mobiliario antiguo, y muchos retratos reales. La célebre reina escocesa María Estuardo (1542-1587) vivió en una de las torres de este palacio, y sus habitaciones pueden ser visitadas. Aquí se pueden ver los precios y horarios. 

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Palacio de Holyroodhouse


Más allá de la Royal Mile, estos son los siguientes lugares de visita obligatoria:

Victoria Street y Grassmarket

Desde la Royal Mile, girando a mano derecha por la calle George IV Bridge vamos a llegar a una de las calles más animadas de Edimburgo, Victoria Street. Sin duda la reconoceréis al instante, gracias a su emblemática forma curva y a los llamativos colores de los edificios que la conforman.

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Calle de Victoria Street desde Grassmarket

Victoria Street une la Royal Mile con Grassmarket. En esta zona encontraréis muchos pubs, tiendas coquetas y muy curiosas y varios restaurantes. Por tanto, merece la pena visitarla tanto de día como de noche, aunque hay que destacar que los pubs suelen cerrar a una hora relativamente temprana si lo comparamos con España, claro. 

Grassmarket es una histórica plaza de mercado con mucho ambiente, situada a los pies del castillo de Edimburgo. Además, en el pasado se utilizó para llevar a cabo las ejecuciones públicas. En un lado de la misma encontraremos información al respecto, y una sombra de baldosines oscuros en el lugar donde se situaba la horca. 

Una curiosa historia que tuvo lugar en esta plaza fue la de una joven llamada Maggie Dickson, que fue condenada a la horca en el siglo XVIII por haber ocultado su embarazo (sí, en esa época era algo ilegal). Tras ser "colgada", su cuerpo se introdujo en un ataúd y se llevó en procesión al cementerio. Sin embargo, de camino, se oyeron unos extraños ruidos dentro del féretro y es que...estaba viva! Tras haber sobrevivido, se decidió que no se le podía volver a "ejecutar" ya que técnicamente, ya había sufrido su condena. La mujer vivió varias décadas y fue conocida posteriormente como Half-hangit Maggie (Maggie medio colgada). Hay un pintoresco pub en la plaza que lleva su nombre, y donde podéis disfrutar de una buena pinta de cerveza.

Otro célebre pub de grassmarket es "The Last Drop", que significa algo así como "la última caída" en referencia a la última ejecución llevada a cabo en la plaza. 


Calle George IV Bridge

Al final de esta calle, antes de cruzar las puertas del cementerio de Greyfriars, igual os llama la atención una pequeña estatua de bronce de un perrito (Greyfriars Bobby Memorial Statue). Se trata de Bobby, sin duda un símbolo de la ciudad y uno de sus personajes más queridos. Según la leyenda, Bobby fue la mascota de un policía en el siglo XIX. Al fallecer su amo, este fue enterrado en el cementerio de Greyfriars y, los 14 años posteriores, el pequeño Bobby permaneció fielmente junto a su tumba. Por ello, los habitantes de la zona empezaron a familiarizarse con el animal, alimentándole y cuidándole. Cuando Bobby murió, fue enterrado junto al cementerio y una estatua fue erigida en su memoria a la entrada del mismo. Además, nada más entrar al camposanto encontraréis una lápida que conmemora al pequeño animal, con muchas flores y juguetes depositados por los visitantes. Un pub situado a las puertas del cementerio también lleva su nombre; no obstante, si queréis saber más sobre la historia de Bobby, podéis ver su collar y su plato de comida en el Museo de Edimburgo (Museum of Edinburgh), situado frente a la iglesia de Canongate y de entrada gratuita.

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Estatua de Bobby frente al cementerio de Greyfriars

En esta misma calle donde se encuentra la figura de Bobby, podemos ver el bar The Elephant House que se hizo famoso por ser el lugar donde Rowling empezó a escribir Harry Potter. Como os podéis imaginar, encontrar un sitio en esté café no es tarea fácil.


Cementerio de Greyfriars

Si continuamos hacia el sur desde Grassmarket, por George IV Bridge, nos toparemos con el cementerio de Greyfriars, uno de los más importantes y grandes de la ciudad. 

Los cementerios escoceses son como parques, donde los ciudadanos pasean e incluso hacen picnics (aunque suene un poco macabro). Se trata de lugares misteriosos y con cierto encanto, y uno de los principales atractivos de la ciudad. El cementerio de Greyfriars es el protagonista de varias leyendas oscuras e historias populares de Edimburgo.

Otro dato curioso del cementerio es que los nombres de algunas tumbas sirvieron de inspiración a la célebre autora J.K. Rowling para crear a algunos de los personajes de su saga Harry Potter. Por ejemplo, si buscáis bien, encontraréis la tumba de Thomas Riddle o del señor William McGonagall. Además, desde el cementerio se puede ver el exclusivo colegio George Heriot (lo distinguiréis porque parece un enorme castillo de ladrillo oscuro con torres en las esquinas). Se dice que la escritora se inspiró en él para crear el colegio Hogwarts de magia ya que este hay precisamente cuatro casas que compiten entre ellas obteniendo puntos por diversos logros.

Por último, cabe destacar una leyenda macabra del cementerio, que tiene que ver con uno de los personajes más oscuros y temibles de la ciudad: el abogado del siglo XVII George Mackenzie. La labor de este fiscal era la de juzgar a los covenantes –movimiento religioso escocés– que se hubieran rebelado contra el anglicanismo del rey Carlos II. Le apodaban Bloody Mackenzie por sus innovadoras y sangrientas ejecuciones. Su lúgubre e imponente mausoleo se encuentra en el cementerio, y ha sido protagonista de historias terroríficas. Todo comenzó en una lluviosa noche de 1996, cuando un mendigo buscó refugio en el mausoleo del señor Mackenzie y, tras un pequeño percance con su tumba al intentar cobijarse, apareció inconsciente en la comisaría al día siguiente. Él explicó el incidente y los agentes le tomaron por un alcohólico, ignorando por completo sus declaraciones. Sin embargo, desde entonces han sido varios los que aseguran que dentro y en los alrededores han visto al fantasma del Sr. Mackenzie, o han sufrido rasguños y magulladuras provocadas por su espíritu. ¡Ten cuidado si te acercas por allí de noche!🕱


Museo Nacional de Escocia (National Museum of Scotland)

Este enorme museo de entrada gratuita se encuentra muy cerca de la entrada principal del cementerio, justo enfrente de la figura de Bobby (en Brighton street). Es un lugar ideal para pasar un par de horas, dedicado a la ciencia, la tecnología y la cultura e historia del país. Como curiosidad, mencionar que alberga la famosa oveja Dolly disecada, ya que los creadores de este primer mamífero en ser clonado realizaron las investigaciones en el instituto Roslin en Edimburgo. Para los que les pudiera interesar, este museo tiene además WiFi gratis.

El museo se encuentra junto a la Universidad de Edimburgo, fundada en el siglo XVI. 


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Al norte de la Royal Mile se encuentra la transitada calle de Princes Street, una de las más famosas de la ciudad. En ella, a escasos metros de la estación de Waverly, se levanta uno de los símbolos de la ciudad: el Monumento a Scott (Scott Monument). Se trata de una aguja de 60 metros dedicada al escritor Sir Walter Scott, siendo el monumento más alto jamás construido en honor a un escritor. En su fachada encontraremos numerosas estatuas que representan los personajes más célebres de las novelas del autor. Además, en su centro, hay una estatua del propio escritor.

Si subís a lo alto, pagando una entrada de £5, podréis tener una preciosa vista de la ciudad.

Cabe destacar también los jardines de Princes Street, situados a lo largo de la calle del mismo nombre junto al monumento de Scott. Si hace buen tiempo es agradable pasear este enorme parque que divide la ciudad en dos.


Cementerio de Old Calton

Si continuamos por Princes Street llegaremos al cementerio de Old Calton, otro de los más grandes y famosos de Edimburgo además del Cementerio de Greyfriars. Al otro lado de la calle se alza la colina de Calton Hill. 

El habitante más célebre del cementerio es el filósofo David Hume (1711-1776), nacido aquí en Edimburgo en el siglo XVIII.

Este cementerio es además el protagonista de una historia curiosa y espeluznante. Tras la ampliación del cementerio en el siglo XIX, muchas tumbas tuvieron que ser desenterradas y trasladadas. Al hacerlo, se descubrió que en el interior de los ataúdes había muchas marcas de arañazos y mordeduras, lo que indicaba que un gran porcentaje de personas habían sido enterradas vivas... y esto es debía a que en la época la medicina no estaba aún muy avanzada y había un gran número de personas que sufrieron catalepsia, debido a la acumulación de cobre en su organismo por utilizar cubiertos de este material. Esto hacía que se declararan muertos…aunque no lo estuvieran! y por ello se enterraban vivos. Para solucionar esto, los habitantes de Edimburgo empezaron a atar un cordel a los dedos de los supuestos difuntos, que estaban atados a unas campanas en el exterior de la tierra. Sus familiares hacían guardia día y noche junto a la tumba por si, al despertar el cadáver, hacía sonar la campana y así podían desenterrarlo. De aquí proviene la célebre expresión "salvados por la campana" 🔔.

En este enorme cementerio encontraremos, además, varios monumentos dedicados a políticos o a soldados caídos en guerras. A su vez, se erige allí una torre de vigilancia del siglo XIX, desde la que los vigilantes del cementerio oteaban en busca de ladrones de tumbas.

Los robos de cadáveres con fines médicos principalmente fueron muy comunes en el siglo XVIII y XIX y, por ello, se tomaron ciertas medidas como la colocación de rejas con candado sobre las tumbas. 


Calton Hill 

Por último, lo mejor para culminar nuestra visita a la ciudad es observarla desde lo alto, divisando su entramado de calles y sus diversos monumentos. Para ello, nada mejor que visitar la colina de Calton Hill, que se erige al norte del centro, sobre la estación principal de Waverley. Se llega simplemente siguiendo Princes Street, la cual pasa a llamarse Waterloo Place a esta altura.

Además de las inmejorables vistas, podremos ver varios y pequeños monumentos en la colina. Entre ellos, cabe destacar el Monumento a Nelson (Nelson Monument), una especie de faro o torre que conmemora al célebre navegante británico. Data de principios del siglo XIX. Se puede subir a la torre pagando un pequeño precio para poder ver la ciudad, aunque realmente nosotros no subimos ya que desde la propia colina se obtiene una muy buena vista.

Pero sin duda la estampa más célebre de la ciudad se obtiene junto al Monumento a Dugald Stewart (Dugald Stewart Monument), una especie de templete muy pequeño de planta circular y rodeado de columnas, que ha pasado a ser uno de los elementos más reconocibles de la ciudad. Sin duda veréis a mucha gente sacando la típica foto junto al monumento erigido en el siglo XIX.

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Monumento a Dugald Stewart en la colina Calton Hill

Por último, cabe mencionar también el edificio del Monumento Nacional de Escocia (National Monument), un alto edificio con forma de templo griego formado por 12 columnas que se comenzó a construir en el siglo XIX inspirado en el Partenón de Atenas, aunque nunca fue terminado.

¿Dónde comer y salir en Edimburgo?

The Standing Order: Este bar-restaurante situado en una antigua sede del Banco de Escocia, te sorprenderá sin duda, no sólo por su inmenso tamaño sino también por su hermosa decoración. Su interior acoge la célebre cadena de restaurantes Wetherspoons, por lo que el precio es bastante asequible y allí podréis degustar el famoso haggis escocés (de aspecto similar a una morcilla pero con un sabor más fuerte) junto con una buena jarra de cerveza. Se encuentra en el número 62 de la calle George Street y lo reconoceréis enseguida gracias a su imponente fachada de estilo neoclásico.

Royal Mile Tavern: Situado en la Royal Mile, se trata de un bonito pub (bastante turístico) donde podréis almorzar a un precio razonable en el mismo centro.

Frankenstein: Un curioso disco-pub ideal tanto para comer como para tomar una copa es este enorme local situado en el George IV Bridge, el cual está ambientado con muchos detalles referidos a la célebre novela de la británica Mary Shelley de 1818, Frankenstein o el moderno Prometeo.


Más alternativas

Para los más aventureros y con ganas de una pequeña excursión, una buena idea es subir al llamado Arthur's Seat. En este pico se halla el otro gran mirador de la ciudad, además del de Calton Hill. El camino para subir a él no tiene pérdida ya que se encuentra a escasos metros del Palacio de Holyroodhouse. Saliendo del palacio, tomamos la primera calle a la izquierda y nos topamos con la montaña. Una vez ahí hay varios caminos que llevan a las distintas alturas de ella, siendo el de más a la izquierda el que lleva a la parte más alta. Las vistas desde aquí son increíbles.

Si las fechas y los precios os lo permiten, una buena época para visitar la ciudad es en agosto ya que la ciudad se viste de gala para albergar el Festival de Edimburgo. Este festival tiene lugar durante tres semanas en agosto y ofrece un sinfín de espectáculos musicales y teatrales mayormente, algunos gratis y otros de pago.

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